Autor del polémico Breve tratado sobre la estupidez humana, RicardoMoreno nos presenta en Los griegos y nosotros un entusiasta alegato en favor de una educación de horizonte y empeño humanistas, últimamente«tan amenazada por una pedagogía de retórica populista y mediática»,en palabras de Carlos García Gual. Moreno aboga por un tenaz elogiodel valor educativo de la cultura y la lengua de Grecia y Roma,alertándonos sobre el suicidio que supone el olvido de los clásicos.Supone, pues, una apología razonada y apasionada de los estudios delgriego y el latín y las Humanidades de raigambre clásica, que desdehace años están siendo ahogados y marginados por mezquinos y menguados programas oficiales tanto en la Enseñanza Secundaria como en laUniversidad.
Imagina una ciudad romana, de esas que salen en el cine o en una serie: las tiendas, las calles… ¿Cuántas mujeres piensas que trabajarían como médicas o en una fragua? ¿Cuántas han financiado o participado activamente en la construcción y decoración de sus monumentos? Si dudas ante la respuesta, la siguiente pregunta es clara: ¿cuánto sabes de las mujeres del mundo antiguo, de su papel en Grecia y Roma? Este libro no solo busca visibilizar el protagonismo que tuvieron nuestras antepasadas en la Antigüedad, sino algo aún más importante: por qué, hasta hace poco, no éramos conscientes de ello. No es un simple libro de historia, sino de cómo se hace la historia. Una historia que no está escrita en piedra, que debe someterse a continua revisión.
Según se avanza en su lectura, se va abriendo un panorama inimaginable no hace muchos años y que apenas esboza lo que aún está por llegar. Y una cosa queda clara: la mujer no es precisamente ese ser dócil, sumiso, pasivo, al que nos han tenido acostumbrados.
En un mundo saturado de neoliberalismo, ¿qué lugar puede ocupar el teatro? ¿Qué actitud debe asumir el actor ante un texto y cómo debe traducirlo al escenario? Estas son algunas de las preguntas que han ocupado a Jorge Eines durante más de 50 años de experiencia en la escena teatral; el presente libro es un intento de darles respuesta. Frente a las corrientes del teatro clásico, que desde siempre han rendido un culto especial a la palabra, al texto como elemento que rige toda la puesta en escena, Eines propone el cuerpo como vertebrador esencial de todo proceso teatral. Si bien el origen de la obra está en la palabra, es el cuerpo, y no la mente del actor, quien debe interpretarla y volverla carne. Para lograrlo, es esencial desarrollar un proceso técnico cuidado que permita al actor trabajar el texto en el ensayo, espacio que, para Jorge, es de absoluta importancia, pues permite llegar a nuevas formas.