Cuidar de una persona en situación de dependencia se convierte en una tarea que dura, la mayor parte de las veces, muchos años y que afecta a todo el entorno del cuidador o la cuidadora y a su familia. Por ello es necesario que las personas que se responsabilicen de los cuidados conozcan todas las herramientas de las que disponen, tanto para el cuidado de la persona en situación de dependencia, como para su propio autocuidado. Teniendo en cuenta los distintos contextos en los que se puede trabajar con este manual -contexto académico (aula) o contexto socioeducativo (servicios sociales, por ejemplo)- su contenido intenta adecuarse a dicha realidad cambiante, estando sujeto a modificaciones. Es una obra sencilla y asequible sobre un tema que tiene mucho interés en el momento actual. Las autoras sin duda conocen el tema y saben exponerlo, de forma que su lectura es fácil y atractiva. La obra está concebida como manual dirigido a estudiantes de Psicogerontología, pero de una forma u otra resultará atractivo en distintas disciplinas relacionadas con esta área. La obra es fácil de seguir y está orientada a la práctica no solo profesional, pudiendo servir de ayuda a personas que se ven afectadas por esta realidad, en primera o en tercera persona. Está bien estructurada y aborda una panorámica completa de la psicogerontología, con especial hincapié en el deterioro mental.
Hoy asistimos a un proceso deconstituyente del derecho y de los sistemas políticos. En el plano internacional por la rehabilitación de la guerra como medio de solución de los conflictos y por el desarrollo de poderes económicos desregulados y salvajes. En el de la Unión Europea, por las políticas antisociales impuestas por estos y por la pérdida de credibilidad del proceso de integración. Y en el de las democracias nacionales, debido a la crisis de la representación y a la expulsión de los principios constitucionales del ámbito de la política. Frente a la idea dominante en el debate de que no existe una alternativa a tales procesos, el autor propone una respuesta racional y practicable, consistente en la expansión del paradigma constitucional a todos los poderes, públicos y privados; en garantía de todos los derechos, de libertad y sociales; y a todos los niveles, el estatal y también el supraestatal. Y entiende que es una respuesta realista, pues lo que carece de realismo es confiar en que tal estado de cosas pueda mantenerse sin abocar a la humanidad a un desenlace catastrófico.
"La decadencia de Occidente" se editó por primera vez en España en 1923. Oswald Spengler había comenzado a escribir esta obra cuando la Primera Guerra Mundial interrumpió su tarea, y claro, la extendió, en varios sentidos. Ortega firma el prólogo de la edición española y escribe, casi de paso hacia otra reflexión: «… la guerra mundial, que no ha sido tan mundial como se dice…»; con ello se hace eco del punto de vista/palanca que el autor propone como explicación de su trabajo: Occidente no lo es todo y, además, se acaba. Y lo demuestra. Spengler maneja una ingente cantidad de información: baraja números, música, catedrales e hipótesis científicas con lo mágico, el sino y las eternas preguntas sin respuesta del hombre; sitúa su luz sobre los hechos en ángulos distintos de los acostumbrados y alumbra diferentes aspectos de las mismas cosas. Para él la historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Un monumental intento de establecer de establecer una filosofía de la Historia que establezca un marco global de comprensión de los hombres y las sociedades en el transcurso del tiempo.