El vuelo mágico es el viaje iniciático a través de los tres mundos: tierra, infierno y cielo. A partir de testimonios de técnicas chamánicas recogidas en las más diversas tradiciones y culturas arcaicas, Mircea Eliade reconstruye su significado para nuestra civilización, que vive en el olvido de toda vivencia de lo sagrado. Esta necesidad de superación humana y de trascendencia constituye el tema común de los diversos ensayos reunidos en este volumen escritos por Eliade entre 1934, después de su viaje a la India, y 1986, fecha de su muerte. El carácter polifacético de Eliade, novelista y profesor de la Universidad de Chicago, queda manifiesto en esta edición, que recoge tanto algunos de sus escritos ensayísticos y eruditos como noticias autobiográficas y diarios. Los primeros abarcan campos muy diversos, desde las culturas primitivas hasta las esculturas modernas de su compatriota el escultor Brancusi; las notas autobiográficas se refieren, sobre todo, al entorno cultural en el que vivió: sus encuentros con Carl Gustav Jung, Ernst Jünger, Henry Corbin, Ananda Coomaraswamy, etc. El conjunto de textos que reúne El vuelo mágico revela la evolución espiritual e intelectual de Eliade, siempre esforzado por encontrar el sustrato de lo sagrado en la confrontación del hombre occidental con las culturas lejanas.
Este libro tiene su origen en una serie de seminarios destinados a transmitir el conocimiento de la PNL-tal como la comprendían y usaban sus fundadores y los practicantes de la primera generación- a personas deseosas de desarrollar una práctica vital más comunicativa, creadora y productiva.
Eric Hobsbawn dedicó este libro a unos personajes que no suelen aparecer en los libros de historia, aunque hayan dejado un legado más importante para nosotros que el de muchos reyes, ministros y generales. Gente poco corriente, como los héroes de una tradición radical que va de los destructores de máquinas de la primera industrialización hasta nuestros días, pasando por los «zapateros políticos». Como los guerrilleros de Vietnam, los estudiantes de mayo de 1968 o los protagonistas de la «revolución sexual». O finalmente, como los hombres del jazz, que acierta a situar en el lugar que les corresponde por justicia en la historia de la cultura del siglo XX.