Entre los siglos XVy XVII, Europa asistió a la construcción de una civilización escrita gracias sobre todo al progresivo afianzamiento de la escritura como medio de difusión del conocimiento. Para seguir la progresiva implantación de una civilización escrita en Europa se ha elegido lo que se podría llamar una historia natural del libro y del autor, exponiendo los distintos pasos que había que recorrer desde que se aprendía a leer y a escribir en la infancia hasta que las obras ya concluidas eran leídas por el público y colocadas en los anaqueles de sus bibliotecas, consideradas aquí ejemplos de una específica manera de ordenar el saber.
En esta ya clásica obra de historia cultural, el insigne historiador Fernando Bouza analiza las formas que la cultura escrita adoptó en su devenir histórico en la alta Edad Moderna.
La biografía del periodista sevillano Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres 1944) mereció el premio Antonio Domínguez Ortiz de biografías de 2011. Editada por la Fundación Lara y agotada desde hace tiempo, vuelve a aparecer en edición aumentada de la Editorial Confluencias. Esta nueva edición, ilustrada con numerosas fotografías, presenta aportaciones de recientes conocimientos de la vida y obra del periodista, que se manifiesta en la actualidad como el mejor periodista del siglo XX español, y cuya presencia en el panorama informativo actual goza del máximo respeto y aceptación como ejemplo de buen periodismo para las jóvenes generaciones de comunicadores, al tiempo que transmite un mensaje de cordura, diálogo y conciliación en el panorama político español actual.
Con su profundo conocimiento de la mitología clásica griega, Marcel Detienne descubre en este estudio los rasgos más sorprendentes y diversos de Dioniso. Es uno de los dioses más fascinantes, a quien Baudelaire llama «el dios misterioso de las fibras de la vid». Tan imprevisible y variable que resulta difícil reconocerlo, el rostro de Dioniso es una máscara que lo revela al tiempo que lo oculta, en un juego incesante de presencia y ausencia.
Marcel Detienne reconstruye las numerosas moradas de ese dios en todo el ámbito griego, las leyendas sobre su origen y andaduras. En Argos, Lesbos, Eleuteria, Olimpia, Tasos, Delfos y Orcómeno, y hasta en la enigmática isla de los bordes del Atlántico, Dioniso surge, salta, danza, atrapa brutalmente y hace tropezar a su presa, la arrasa a la locura, la muerte o la corrupción. Ese dios, que encarna en la imaginación griega al «extranjero en el propio interior», empuja al ser humano a moverse entre la bestialidad y el éxtasis divino.