Un análisis profundo, como nadie podría hacerlo, sobre la involución de las nuevas generaciones
Girauta alerta contra las actuales formas de manipulación sentimental e ideológica. De paso, nos explica cómo la izquierda se ha hecho con la hegemonía cultural. Entenderlo exige una aproximación al posmarxismo. En concreto, al enlazamiento de causas o luchas aparentemente independientes.¿Por qué la derecha no ha impuesto ni una sola causa propia en las últimas décadas? ¿Por qué va a rastras en materia de valores? ¿Por qué siempre acaba interiorizando premisas a las que en un principio se resiste? Existe una razón principal: se ha desentendido de la guerra cultural y no cree en el poder del discurso. En ese sentido, la derecha es infinitamente más materialista que la nueva izquierda.
Una advertencia importante: la guerra cultural que Girauta defiende no persigue que la hegemonía cultural pase a la derecha. Su objetivo es que se preserven los principios fundacionales de la democracia liberal, paulatinamente desvirtuados: igualdad, libertad de expresión, carga de la prueba, respeto a la esfera privada, etc.
Convertida en generadora permanente de antagonismo, la izquierda democrática ha mutado su naturaleza. Esta transformación, sumada a la insensata renuncia al imaginario de conservadores y liberales, explica el regreso de la censura, la cancelación cultural, el neopuritanismo, la coacción ambiental y la infantilización de la sociedad. También la paradoja de una juventud siempre al lado del poder establecido mientras cree combatirlo. Se la ha formado para no soportar las opiniones contrarias, que interpreta como violencia. Mientras, las grandes corporaciones tecnológicas fomentan la hostilidad social y la frustración individual.
La «Historia del pensamiento» de Jesús Mosterín está integrada por libros monográficos autónomos, que se caracterizan por la frescura de la mirada, el enfoque interdisciplinar, la relevancia actual, la lucidez del análisis y la claridad de la exposición. En su conjunto, la serie ofrece una panorámica única y completa de la evolución de las ideas filosóficas, religiosas, científicas y políticas, situadas en su contexto social. El volumen dedicado a "Los cristianos" -que puede leerse con provecho junto con los dedicados en esta misma serie a "Los judíos" y a "El islam"- aporta al lector curioso y al estudiante una visión global, actual, objetiva y crítica del desarrollo del cristianismo, movimiento insoslayable que ha marcado con su impronta la cultura y el pensamiento occidentales de los dos últimos milenios.
El sexo ¿es una noción indeleble de la biología o es una construcción performativa? En Cuerpos que importan, Judith Butler continúa la reflexión iniciada en El género en disputa sobre el carácter performativo de la sexualidad y del género, y reconsidera sus propios aportes a la teoría crítica y feminista durante la última década.
En esta ocasión, Butler sostiene que las teorías de género deben volver a la dimensión más material del sexo y la sexualidad: el cuerpo. Demuestra cómo el poder —indisociable de ciertas categorías discursivas y de las diferencias sexuales— restringe el sexo desde el principio, inevitablemente delimitando a su vez su materialidad.
A través de la lectura de textos de Platón, Freud, Lacan, Foucault, Žižek e Irigaray, la autora examina y debate sobre las maneras en las que opera la hegemonía heterosexual para moderar cuestiones sexuales y políticas. De este modo examina la categoría de identidad y sus alcances políticos, y se coloca en el centro de los debates de la teoría feminista y de las políticas queer.