La investigación relativa a los procesos de funcionamiento de la memoria aporta un bagaje muy importante para comprender los problemas de la vida cotidiana. Sin embargo, el estudio de la relación entre memoria y testimonio y de por qué un testimonio nunca coincide con los datos fácticos a los que dice referirse, adquiere especial relevancia no simplemente en el caso de hechos intrascendentes sino de acontecimientos traumáticos. Fenómenos como la construcción de recuerdos falsos y la retractación y los motivos que la determinan desempeñan en este contexto un papel importante que merece particular atención. Los resultados de la investigación psicológica son además de interés en su aplicación a casos judiciales concretos y en el examen de los requisitos necesarios para que resulte altamente creíble lo que cuenta un testigo.
¿Por qué un manual? Porque aspira a ser fácil de manejar y fácil de entender y su intención es fundamentalmente práctica. Porque no es un libro oficial, académico o doctrinario, y compendia lo más sustancial de unas cuantas vidas filosóficas. ¿Por qué portátil? Porque es un homenaje a caminantes. La filosofía portátil es un esfuerzo por liberar al pensamiento de la reclusión a la que ha estado sometido por escolásticos y académicos. Un modo de conjurar esa manía erudita de hablar sólo para aquellos que comparten cátedra o facultad. El espíritu de la pesadez infecta como ningún otro al de la filosofía, y el portátil es un soltador de lastre. Prefiere ofrecer ironías, migajas y vislumbres que abran paso a una nueva inteligencia de la vida. Este libro propone recorrer el río de la filosofía a contracorriente, en busca de sus fuentes. El viaje se inicia con el gesto de un antropólogo que, tras estudiar filosofía en París, se va a buscar la verdad entre los «salvajes». Luego, visitamos a los filósofos, contemplando escenas inolvidables: Wittgenstein toma notas en una trinchera, Nietzsche susurra a un caballo, Kierkegaard financia un panfleto anticlerical, Leibniz descubre el amor entre las princesas, Montaigne se encastilla, Plotino oculta su pasado, Sócrates bebe voluntariamente un veneno y Empédocles se arroja a un volcán. Lo que a primera vista podría parecer extraño revistió un profundo sentido para todos ellos. Llamemos a ese sentido filosofía y veamos qué ocurrió.
Ideas audaces para una región más rica, más justa, más integrada en el mundo e infinitamente más feliz.
América Latina es un enigma. Mientras los medios publican titulares sobre protestas, crimen, desigualdad, populismo y deuda, quienes viven y trabajan en esta región de setecientos millones de personas afrontan una realidad infinitamente más compleja, asombrosa y -en muchas ocasiones- alentadora.
Pocas figuras comprenden esta dualidad más íntimamente que Luis Alberto Moreno. Después de más de tres décadas en el centro de la actividad política, diplomática y empresarial del hemisferio sur, Moreno ofrece un valioso recorrido por unos países cuya acelerada transformación se resiste a las interpretaciones convencionales.
A través de su amistad con jóvenes, alcaldesas, académicos, ejecutivos, artistas, gastrónomos, jefes de Estado y pequeños empresarios, Moreno ilumina las paradojas de un continente donde la frustración convive con la creatividad, el patriotismo, la solidaridad y la esperanza.