Un revelador manifiesto que nos ayudará a desarrollar una comprensión propia del siglo XXI acerca de la evolución y la variación humanas y que, además, nos armará contra el racismo científico
La raza es real porque la percibimos; el racismo es real porque lo practicamos. Cada vez se recurre más a la ciencia para reforzar las ideologías racistas y cada vez se emplea más en el discurso público sobre medidas políticas, migración, educación, deporte e inteligencia. Pero quienes se muestran abiertamente racistas no son los únicos que difunden estereotipos y mitos sobre la raza: también proceden de personas bienintencionadas cuyas experiencias y bagaje cultural las dirigen hacia posiciones que carecen del respaldo del estudio moderno de la genética humana. Incluso algunos científicos se sienten incómodos cuando se trata de expresar opiniones surgidas de sus investigaciones en relación con la raza. Sin embargo, si las entendemos correctamente, la ciencia y la historia pueden convertirse en poderosas aliadas contra el racismo al mostrar la imagen más clara de cómo son realmente las personas, en lugar de cómo son según nuestros juicios.
En 1939, como todos los ciudadanos alemanes residentes en París, Walter Benjamin fue internado en un campo de «trabajadores voluntarios» en Nevers. Liberado después de dos meses y medio gracias a la intervención de varios amigos, regresó a París hasta que llegaron las tropas de la Wehrmacht. Entonces huyó y comenzó a vagar por el sur, primero Lourdes, luego Marsella, desde donde intentó en vano embarcarse hacia Estados Unidos. Su viaje continuó por los Pirineos, hasta el puesto fronterizo español en Portbou, donde, amenazado con ser entregado a la Gestapo, se suicidó.
Esta historia se entrelaza con una evocación del poeta estadounidense Ezra Pound, exiliado en Rapallo, en la Italia fascista, cuyas opiniones comparte ciegamente. En Roma, el poeta se encuentra con Mussolini para ponerse a su servicio, pero éste rechaza la propuesta, convencido de tratar con un espíritu perturbado. Detenido en 1944 por los estadounidenses y condenado por traición, fue encerrado en Pisa en una jaula al aire libre, antes de ser internado durante trece años en su país.
¿Un jugador equivoca un tiro? ¿Existen las finales a cuatro? ¿Puede un equipo ser más líder en una jornada respecto a la anterior? ¿En el mundodel deporte se utilizan metáforas como en la poesía?
La lengua en el deporte da mucho juego.
Entre 2016 y 2019, Álex Grijelmo publicó enAs una serie de artículos sobre la lengua española en el deporte de los que ahora pueden disfrutar todos los lectores interesados en el idioma y en su tratamiento en los medios de comunicación. En ellos el autor muestra cómo el léxico utilizado por deportistas, comentaristas y periodistas se mueve entre la tradición, la innovación y los extranjerismos, y los usos incorrectos que empobrecen el lenguaje o le privan de eficacia y belleza. Pero también le reconoce hallazgos léxicos, metáforas brillantes y frases memorables.
En este libro hay propuestas de mejora del estilo junto con elogios hacia aportaciones certeras. Se habla de fútbol, de baloncesto, de balonmano, de boxeo, de tenis, de los deportes de motor... Pero sobre todo, se habla de la lengua española. Un tema que da mucho juego.