Durante los últimos tres siglos, Occidente extendió inexorablemente su domino sobre el planeta. Pero, de repente, con el cambio de milenio, este rumbo parece haberse invertido. Enfrentado a un escenario de estancamiento económico, división política y retroceso demográfico, Occidente parece precipitarse hacia un acelerado declive. No es la primera vez que la historia asiste a un ascenso y a una caída tan vertiginosos. El Imperio romano siguió una trayectoria similar, desde el poder cuasi omnímodo hasta la desintegración, algo que, tal y como este libro argumenta, es más que una curiosa coincidencia histórica. Desde el 399 al 1999, los ciclos vitales de los imperios siembran las semillas de su inevitable destrucción.
Todo el mundo habla de que la democracia está en crisis. Pero si esto es cierto, ¿se trata meramente de una crisis coyuntural, que una buena voluntad democrática podría solventar por sí misma? ¿O nos hallamos más bien ante una crisis estructural e interna de la democracia, que eclosiona en el contexto de las sociedades capitalistas modernas? ¿Es el capitalismo un motor de la democracia o, por el contrario, una amenaza para ella? ¿Qué caminos podemos recorrer hacia un futuro más democrático y más sostenible social y ecológicamente?
Nueva obra del autor en la que mezcla filosofía, historia y psicología para dar con una ciencia objetiva de las soluciones.
La primera parte es una teoría de la inteligencia resuelta, es decir, de la que solventa los problemas y avanza con un dictamen. La ausencia de soluciones conduce a la «angustia» o a la «desesperanza». Esta teoría es una doctrina de la inteligencia optimista que permite elaborar una metodología para el tratamiento de los problemas, una heurística. Una parte de la psicología positiva piensa que el remedio para las situaciones difíciles es cambiar el estado emocional. Para la Teoría de la inteligencia resuelta la salida es solucionar propiamente el conflicto.