Landauer escribió en 1911 su "Llamamiento al socialismo", en que llamaba a abandonar las ideas de una revolución basada en la centralización económica y el productivismo, advirtiendo de las nefastas consecuencias que ello tendría para las ideas de emancipación social. Meses antes de su muerte, en enero de 1919, Landauer escribía un último prólogo para su "Llamamiento", que comenzaba con estas palabras: "Ha llegado la revolución, como yo no la había previsto. Ha llegado la guerra, que he previsto". El 2 de mayo de ese mismo año Landauer fue asesinado por la soldadesca, por su particiación en la República de los Consejos de Baviera.
Las memorias que Obama relata en Los sueños de mi padre comienzan en Nueva York, donde se entera de que su padre ha fallecido en un accidente automovilístico. La inesperada noticia provoca en él un viaje físico y emocional que lo lleva de Kansas a Hawái y más tarde a Kenia, en una emotiva odisea que le permitirá conocer realmente a su familia, la amarga verdad de la vida de su padre y conciliar al fin las distintas partes de su fragmentada herencia.
Rosa Luxemburgo inicia en cierto modo la estirpe de disidentes políticos del siglo XX, pues abre el camino que seguirán más tarde Serge, Koestler, Orwell y Camus, entre otros. «La libertad solo para los partidarios del gobierno, solo para los miembros de un partido —por muy numerosos que estos sean—, no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para quien piensa de manera distinta», escribió la autora en 1918, reflexionando sobre la deriva totalitaria de la Revolución rusa mientras ella y su compañero de partido, Karl Liebknecht, se hallaban en prisión. Ambos habían sido encarcelados por el gobierno alemán por oponerse a la orgía nacionalista y a la guerra que desgarraba Europa, y ambos serían asesinados poco después por las fuerzas paramilitares alemanas que iban a constituir el núcleo de los camisas pardas y el preludio del régimen nazi.