Trece años después de publicar una irónica y férrea defensa de la igualdad de género en La mujer del porvenir y probablemente inspirada por History of Woman Suffrage, de Elizabeth C. Stanton, Susan B. Anthony y Matilda J. Gage, Concepción Arenal cuestiona que el rol femenino de ángel del hogar sea tan virtuoso como muchos consideran.
La mujer de su casa es un texto fundamental en la historia del feminismo español. Mordaz, afilado y directo, señala una gran paradoja: ¿por qué se convierte a madres y esposas en faros morales de sus familias al tiempo que se les cierran las puertas a cualquier otro tipo de decisión o protagonismo en la esfera pública?
No encontrarás una descripción de edificios que albergaron a locos, sino matices y anécdotas de los locos y los cuerdos que los habitaron.
El protagonista de los dos libros anteriores (sobre cementerios y cárceles) escribe cartas al autor durante la pandemia y en cada una le habla de un manicomio diferente.
Los relatos están plagados de anécdotas, unas muy desagradables y otras más asequibles, incluso las hay divertidas y, sin duda, todas sorprendentes. No se recrea en el morbo, provoca que el lector se enganche y quiera saber, pero sin sufrir más de la cuenta.
Al final de cada capítulo recomienda una película y una canción que tienen alguna relación con el manicomio explicado.