Parentesco animal, nos invita a celebrar la incomodidad como forma de acercarnos al feminismo, es una inmersión en la vida y la literatura.
La autora analiza las condiciones en las que escriben dos grandes autoras durante la segunda ola feminista. Una conversación entre Doris Lessing y Kate Millett que hace emerger tanto preocupaciones comunes como formas contrapuestas de aproximarse a ellas, aportando así ideas muy atractivas sobre la escritura memorialística de las dos.
Noelia plantea en este ensayo qué significa vivir una vida feminista, y abre ventanas y sugiere interpretaciones. Habla también de otras autoras que escriben al mismo tiempo que ellas y sobre las mismas preocupaciones como Penelope Mortimer, Verity Bargate o Mary Jane Ward.
Tratan los temas de su época, a veces de manera contraria al feminismo, otras remando a favor: la maternidad, la psiquitarización y patologización de la rebeldía femenina, el sexo y el amor. Los corsés que imponen las estructuras patriarcales.
"Todos los argumentos que se emplean para impugnar la democracia, parten de una misma raíz: la supuesta necesidad del prejuicio y el engaño para reprimir la natural turbulencia de las pasiones humanas. Sin la admisión previa de tal premisa, aquellos argumentos no podrían sostenerse un momento. Nuestra respuesta inmediata y directa podría ser ésta: «¿Son acaso los reyes y señores esencial-mente mejores y más juiciosos que sus humildes súbditos? ¿Puede haber alguna base sólida de distinción, excepto lo que se funda en el mérito personal? ¿No son los hombres objetiva y estrictamente iguales, salvo en aquello en que los distinguen sus cualidades particulares e inalterables?» A lo cual nuestros contrincantes podrán replicar a su vez: «Tal sería efectivamente el orden de la razón y de la verdad absoluta, pero la felicidad colectiva requiere el establecimiento de distinciones artificiales. Sin la amenaza y el engaño no podría reprimirse la violencia de las pasiones». WILLIAM GODWIN"
¿Alumnos más felices, maestros más relajados y un aprendizaje mejor?
Suena utópico, pero los finlandeses lo han conseguido.
En 2001, los alumnos finlandeses sorprendieron al mundo al conseguir los mejores resultados en las pruebas PISA, que sirven para evaluar las habilidades en matemáticas, ciencias y comprensión lectora de los alumnos de quince años. Y hoy este pequeño país nórdico continúa maravillando. ¿Cómo lo hace la educación finlandesa —con pocas horas de clase, pocos deberes en casa y pocos exámenes— para que sus estudiantes obtengan las puntuaciones más altas, que superan incluso a las de los estresadísimos escolares asiáticos?
Para descubrir los secretos de su éxito, el maestro estadounidense Tim Walker decidió irse a vivir a Helsinki, donde empezó a trabajar en una escuela pública con niños de quinto de primaria. En este libro reúne lo que aprendió de esa experiencia y revela cómo se pueden aplicar, en cualquier aula del mundo, las mejores prácticas de las escuelas finlandesas, que él resume en 33 estrategias sencillas para hacer que las clases sean más alegres, relajadas y productivas.