En este mismo instante, Dios le ofrece el don de su presencia.
¡Usted lleva una vida agitada! Hacer malabares para dedicarle tiempo a su familia, el trabajo y la iglesia solo demuestra que sus días están copados. Usted desea pasar tiempo en la Palabra de Dios, pero el ajetreo de la vida no se lo permite.
¿Qué pasaría si, aun con todo esto, usted invirtiera cinco minutos de su tiempo para que cada día cobrara significado? Con honestidad y un gran sentido del humor, la reconocida autora Sheila Walsh le ayudará a hallar la perspectiva en medio de su ajetreada vida.
Cada día encontrará un poderoso devocional, el alimento que servirá de guía y la Palabra adecuada para nutrir su vida, sostenerle y recordarle que Dios está a su lado. Estos cinco minutos con Jesús pueden convertirse en el momento más plácido y significativo de su día.
Vivimos en una época en la que las élites dominan todos los ámbitos de la vida, y lo hacen bajo la apariencia de bienhechores y filántropos. Miramos a esos grandes hombres con admiración, envidia e, incluso, agradecimiento. Personas como Elon Musk, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Bill Gates o Mohamed bin Salmán no solo figuran en el top de los más ricos, sino que, además, poseen gigantescas compañías tecnológicas y grandes conglomerados financieros. Son los dueños del planeta, pero ¿son lo que aparentan? ¿Qué se oculta detrás de esas sonrisas autocomplacientes? ¿Hasta dónde llega su afán de poder? ¿Cómo afecta al resto de la ciudadanía sus acciones?
Este libro desenmascara a los principales plutócratas de nuestra era y traza sus recorridos vitales, sus antecedentes, sus frustraciones y sus aspiraciones para, de ese modo, entender qué se proponen, por qué hacen lo que hacen y qué objetivos últimos persiguen.
Un ensayo certero y con un enfoque novedoso sobre el uso y el abuso de la palabra «fascismo» en la actualidad.
Este breve ensayo no pretende dilucidar si es riguroso o no usar la palabra fascismo en los años veinte del siglo XXI. Tampoco analiza si se abusa de ella como estrategia electoral. Se pregunta en cambio por la emoción política que mueve a quien la utiliza para señalar a un adversario, y disecciona, con un argumento sorprendente y luminoso, el carácter siniestro que esconden las lecturas contemporáneas del pasado que recurren a la historia como profecía y advertencia.