A partir de 1492 se suceden, desde España, diversas expediciones a las Américas con el deseo de explorar el nuevo continente. Algunas han sido publicadas, otras no. Entre estas últimas cabe destacar Naufragio y peregrinación, que narra las peripecias de la expedición que partió de Sevilla en 1594 y que acabó naufragando frente a las costas del Pacífico de los actuales países de Colombia y Ecuador (la temida Costa de las Esmeraldas). El autor narra las penurias de los supervivientes que caminaron durante meses por tan peligrosa costa, vadearon ríos, se envenenaron comiendo lo primero que encontraban, e incluso llegando a cavar sus propias tumbas.
Hoy por hoy solo conservamos un ejemplar en el mundo de este singular libro. Su prosa es tan impresionante que sin duda está destinado a convertirse en un clásico imprescindible de las letras áureas.
Ser más indulgentes con uno mismo, en ocasiones somos nuestros principales verdugos, esto no quiere decir que no seamos autocríticos, es que la autocrítica no sea tan lacerante que nos flagelemos el alma hasta sangrar la existencia. Cuando cometemos un error el reconocerlo ya es un avance para enmendarlo, aprender sobre el mismo es transformar la historia de los hechos, decidirse actuar de forma diferente es aprendizaje consumado.
«Colonia Mixcoac, Ciudad de México, 12 de abril de 1975. Hoy cumplí doce años y mi tío Manuel dijo que tengo que apuntar en mi diario este día especial porque es un año mágico. Dice que en enero cambió la historia de mi país porque en la Constitución (que es un libro donde apuntan las leyes para que la gente obedezca, hagan cosas buenas y no se maten todos) pusieron que el varón y la mujer son iguales ante la ley. A los hombres les dicen varones».
Lydia Cacho
Son las seis de la tarde de un día de 1975 cuando Lydia Cacho se esconde en un rincón de la habitación que comparte con sus dos hermanas, toma la pequeña libreta con la que le ha obsequiado su madre y escribe su primer encuentro con la muerte en forma de carta para su amigo Carlos.
Con letra manuscrita, su primer diario revela un México gobernado por el PRI, la descripción de las desapariciones de estudiantes, los policías revisando mochilas a niñas y niños a las afueras del Colegio Madrid. Las contradicciones y rarezas de un país que poco a poco se acostumbra a la violencia y la mentira son narradas desde la pluma de una niña rebelde de clase media que escapa de su hogar porque se niega a aceptar el destino manifiesto decretado por el machismo.
La autora se sumerge en cuarenta y seis años de diarios, fotografías, intercambios epistolares y memorabilia que ha guardado como si supiera que habría de convertirse en una pionera del periodismo feminista mexicano. Con Cartas de amor y rebeldía, Lydia Cacho traza el nítido retrato de una vida entregada a la búsqueda existencial, al romance, la pasión, la poesía y la indignación de vivir en un mundo injusto. Este es su libro más íntimo y revelador.