Los escritores españoles han sentido una poderosa atracción por la capital de Francia, han vivido en ella y la han descrito repetidas veces.Muchos de ellos aparecen en la antología que ha realizado José Esteban como homenaje a un destino que ha despertado tanta inspiración literaria.
En línea con la tradición de Susan Sontag y Elaine Scarry, Maggie Nelson se ha convertido en una de las principales críticas culturales con este ensayo sobre las representaciones de la crueldad y la violencia en el arte. Desde la poesía de Sylvia Plath hasta las pinturas de Francis Bacon, desde la franquicia de Saw hasta las performances de Yoko Ono o Marina Abramovic, desde el teatro de Antonin Artaud hasta las instalaciones de Santiago Sierra o Ana Mendieta, el sutil recorrido de Nelson a través del paisaje artístico ofrece un modelo de cómo unas férreas convicciones éticas se pueden conjugar con una defensa igualmente vigorosa del arte que pone a prueba los límites del «buen gusto», el tabú y lo tolerable.
Unas memorias singularísimas de la familia Mitford, escritas por una de las autoras más conocidas e importantes del siglo xx.
Deborah Mitford, o Debo, como siempre la conocieron todos sus amigos, duquesa de Devonshire, fue la más pequeña de las hermanas Mitford, una de las familias más singulares si no de la historia sí de las últimas décadas con absoluta certeza. Este libro, un auténtico monumento familiar a los Mitford, ejerce a modo de crónica auténticamente memorable de una vida vivida al límite. De una infancia singular, cuando menos, pero feliz en la campiña de Oxfordshire, al té en compañía de su hermana Unity y Hitler allá por el año 1937, o su matrimonio con Andrew Cavendish, el segundo hijo del duque de Devonshire.
Escritas con la calidez propia de la nostalgia, estas memorias constituyen un retrato único y certero de una época tumultuosa, esplendorosa y de cambio. El vestigio de un mundo largo tiempo olvidado.