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ESPARTA: LA DERROTA DEL GUERRERO (OF2)

En el año 479 a. C, Esparta era admirada por todo el mundo conocido. Y poco después, en el 402, se convirtió en la potencia hegemónica de Grecia. Sin embargo, una generación después, la ciudad-estado carecía de importancia… ¿Por qué? ¿Qué salió mal? ¿Fue inevitable la caída de Esparta? Si bien sus temibles hoplitas fueron siempre considerados invencibles en el campo de batalla, Esparta aunó muchos errores políticos y diversos y graves problemas sociales, en la creencia de que sus costumbres y leyes eran inmutables, superiores a los de cualquier otro pueblo. Es la historia espartana, en todo caso, una historia de desafío: la de una pequeña ciudad-estado que dominó el mundo y que jamás aceptó su caída y sumisión; la crónica de un fracaso político –nunca guerrero–, pero también una lección de cómo caer luchando; no en balde, incluso con las legiones romanas dispuestas a asediar su ciudad, los espartanos nunca se rindieron.
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EL PESO DE LAS ESTRELLAS (OF2)

Octavio Alberola lleva ochenta años pensando, viviendo y reformulando su vida desde la perspectiva ácrata, y no ha dudado en cuestionar cada uno de sus actos al punto de afectar de manera dramática su existencia. Pertenece a una generación de luchadores que vivió los acontecimientos del siglo xx de manera directa y como protagonista: la guerra, la dictadura, el exilio, la precariedad de la clandestinidad, las luchas internas dentro del anarquismo de la posguerra y las grandes luchas sociales alrededor del mundo. Su actividad lo llevó a conocer a personas como García Oliver, el Che Guevara, Cipriano Mera, Federica Montseny, Félix Guattari, Daniel Cohn-Bendit, Régis Debray o Giangiacomo Feltrinelli. Agustín Comotto recoge la esencia de los pensamientos, los valores, las contradicciones, los miedos y las esperanzas de Octavio Alberola. Juntos recorren la experiencia anarquista del siglo xx para centrarse en aquellas vivencias imprescindibles de las que Octavio fue testigo y actor, desde la tensión y escisión de la CNT hasta su participación en varios intentos de atentado a Franco. Alberola reflexiona no solamente sobre la experiencia social vivida sino que también profundiza sobre la represión al disidente, la viabilidad de la revolución o la legitimidad de la violencia. Más allá de la política, su infinita curiosidad lo llevó a interesarse por la física o el arte, disciplinas que lo ayudaron a reformular conceptos como la familia, el autoritarismo o el sentido de la vida bajo el privilegio de ser una parte consciente del universo.
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PEDRO I. UN REY CASTIGADO POR LA H.(OF2)

Pedro I de Castilla fue un personaje histórico fascinante. Único rey castellano de ese nombre, la singularidad atraviesa buena parte de los años de su convulsa vida y es razón de una extensa historiografía petrista, además de textos y obras literarias. Su infancia estuvo marcada por la desatención que recibió de su padre, el rey Alfonso XI, que prácticamente abandonó a la reina María de Portugal para unirse a la concubina Leonor de Guzmán, con la que tuvo una prole de bastardos. Entre ellos, Enrique de Trastámara, que quitó la vida a Pedro I, en el fratricidio con que termina la guerra civil castellana. Un destacado cortesano, que conoció y participó en los acontecimientos, Pedro López de Ayala, escribió, además del Libro Rimado de Palacio, la crónica del rey don Pedro, con una relevante factura, tanto literaria como histórica, y fuente principal para el conocimiento del reinado. Las páginas de este libro se ocupan de la atractiva vida de Pedro I, con un primer acercamiento explicado por las revelaciones de los estudios de sus restos mortales y las últimas voluntades de su testamento, hecho en 1352. A la crónica de López de Ayala, y al propio cronista, que fue canciller de Castilla, se presta especial atención elaborando un atrayente análisis del tiempo y del reinado de Pedro I, en la Castilla de mediados del siglo XIV con los sucesivos y fallidos matrimonios del rey, además de su cohorte de amigas, así como su descendencia, hecha legítima en algunos casos y bastarda en bastantes otros. Las sanguinarias muertes, atribuidas a la crueldad del rey, explican la realización de un detallado memorial de las mismas. Y el regicidio, justificado como tiranicidio, que llevaría a un cambio de dinastía y, algunos años después, a la institución del Principado de Asturias. Montero Alcaide incorpora a esta magnífica obra transcripciones de indudable valor, con una final colección de apéndices que aporta un valioso conjunto de textos sobre el reinado de un monarca no solo ambivalente, con su opuesta condición justiciera y cruel, sino tocado por una singularidad fascinante.
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