En los años setenta del siglo II d.C. nace en Emesa, pequeña ciudad de Siria, una niña que protagonizaría durante más de veinte años la historia del Imperio romano. Su nombre: Julia Domna. El ambicioso padre,gran sacerdote del dios Sol, la entregó como esposa aún en plena adolescencia a un hombre mucho mayorque ella, Septimio Severo, llamado a ser Emperador de Roma. Julia Domna abandonó patria, parientes yamigos y marchó al encuentro de su nueva vida, que le reservaba grandes honores pero también dolores, alos que se enfrentó siempre con fuerza y determinación de carácter. Supo moverse entre intrigas depalacio, conjuras, venganzas y represalias, y vencer siempre a la adversidad, refugiándose en sus amadosestudios o jugando la carta de una centralidad pública que nadie pudo cuestionar: la niña crecida entre losfastos de una floreciente ciudad de Oriente Próximo se había convertido en cabeza de una dinastía que,con diversa fortuna, mantendría el poder supremo durante más de cincuenta años.A través de unas pacientes revisión y exégesis de las fuentes literarias, epigráficas y monumentales, estevolumen cuenta su historia, hasta el trágico epílogo.
Un recorrido por la obra de los grandes autores de la literatura occidental de la mano del crítico más riguroso y polemico de nuestro país.
Este volumen recoge una selección de reseñas, artículos, conferencias y prólogos sobre libros y autores "extranjeros" escritos en el transcurso de tres decadas. El conjunto da cuenta de una gran diversidad de intereses, que se proyectan en diferentes epocas, tradiciones y generos. De Lawrence Sterne a V.S. Naipaul, pasando por Stendhal, Musil, Kipling, Malraux, Gombrowicz, Canetti o Iris Murdoch; de William Hazlitt a George Steiner, pasando por Walter Benjamin o Raymond Williams, los nombres aquí reunidos son otros tantos hitos de la particular cartografía que Ignacio Echevarría ha ido configurando como lector conforme desarrollaba su actividad como crítico y editor.
Una historia épica de China contada por un testigo excepcional, pero también un maravilloso relato que ilustra el poder del arte para generar cambios y la urgente necesidad de proteger la libertad de expresión.
Ai Weiwei es uno de los artistas más famosos del mundo, un creador que rebasa los límites del mundo del arte y ha logrado ser un fenómeno social, un valiente activista y un apasionado defensor de la libertad de expresión. En estas memorias rastrea por primera vez los orígenes de su excepcional creatividad y sus ideas políticas, y explora con lucidez y agudeza la multitud de fuerzas que han dado forma a la China moderna; un ejercicio que además traza una extraordinaria historia del país durante los últimos cien años.
Las esculturas e instalaciones de Weiwei son admiradas en todo el mundo, y sus logros arquitectónicos incluyen la participación en el diseño del icónico Estadio Nacional de Pekín. No obstante, su disidencia lo ha convertido durante mucho tiempo en un objetivo de las autoridades chinas, lo que dio lugar a una aterradora detención secreta en 2011. Su padre, Ai Qing, uno de los poetas chinos más célebres del siglo XX y en su día amigo íntimo de Mao Zedong, fue calificado de derechista durante la Revolución Cultural, y él y su familia fueron desterrados a un lugar desolado conocido como «la Pequeña Siberia», donde fue condenado a trabajos forzados limpiando baños públicos. El artista relata su infancia en el exilio y la difícil decisión de dejar a su familia para estudiar arte en Estados Unidos, donde trabó amistad con Allen Ginsberg y se inspiró en Andy Warhol. Con franqueza e ingenio, detalla su regreso a China y su ascenso de figura anónima a superestrella del mundo del arte.