«En nuestros días, después de subir las cuestas del Palatino y atravesar el caos de ruinas de lo que un dpia fue el palacio de los emperadores romanos, se llega a una angosta plataforma que domina el valle del Tíber. Ésta, antiguamente cubierta por tierra que traían las lluvias y por toda clase de desechos, hoy está despejada, y en el suelo aparecen los vestigios de una singular aldea que se levantaba en este lugar hace casi tres mil años. Esta aldea, que quizá comprendiera unas decenas de modestas cabañas hechas con ramas entrelazadas y sostenidas por postes de madera, es todo lo que queda de la Roma más antigua.»
Cada día aprendemos cosas nuevas y sorprendentes sobre la inteligencia y la capacidad emocional de los animales. por ejemplo, nos encontramos con que las ratas juegan y ríen y, por consiguiente, muestran empatía, o con que podemos saber lo que sienten las vacas si prestamos atención a sus orejas y morros.