La voluntad de Victor Klemperer de dejar testimonio de su vida bajo el terror nazi se plasmó en unas cinco mil páginas de diarios. Escritos bajo constante peligro de muerte por su condición de judío -su matrimonio con una mujer aria lo salvó de la deportación-, se convirtieron varias décadas después de su muerte en un auténtico fenómeno editorial, al que no fue ajena la versión española, publicada en dos volúmenes por Galaxia Gutenberg (2003). La presente edición recoge las páginas más significativas y que inciden en mayor medida en la descripción de la vida cotidiana en un régimen dictatorial. El resultado es un documento de una importancia histórica sin igual, que analiza con extraordinario detalle la institucionalización del terror por parte del aparato nazi, y que constituye a la vez un conmovedor y descarnado relato de una de las etapas más oscuras del siglo xx.
Gardel es una biografía brillante, a la altura de un artista total. Un retrato exacto —bajo el prestigioso sello personal de Felipe Pigna— sobre la vida de un talento único que tuvo una vida fascinante. Gardel incluye los misterios alrededor del genio que trascendió en un tiempo de largas distancias a niveles inusitados. También al Gardel actor en París y en Nueva York, atento a los guiones y creando melodías para sus películas. Sin olvidar al mito que provocó una psicosis con su muerte accidentada, así como el periplo de su cuerpo: desde la selva colombiana, pasando por dos velatorios estelares, primero en Nueva York, luego en el Luna Park.
Un homenaje imprescindible y sorprendente al artista y genio absoluto que cambió el tango para siempre
La Segunda Guerra Mundial es un momento decisivo de la historia europea, aunque pocas veces nos la han contado desde la perspectiva de los colaboracionistas. Decenas de miles de europeos tomaron parte en las políticas imperiales del Tercer Reich, espoleados por el miedo a perder una oportunidad irrepetible e inspirados por los deslumbrantes triunfos de la Alemania nazi. Este libro ahonda en su universo mental, en sus trayectorias desde los años treinta, en sus estrategias políticas, en sus tormentosas relaciones con los alemanes, en el sentido de sus decisiones y de sus acciones, incluyendo la creación de unidades de voluntarios para la guerra contra la Unión Soviética. Lejos de verse a sí mismos como meros peones, los colaboracionistas creyeron que una cooperación estrecha y leal con los ocupantes sería la manera más rápida y eficaz de promover sus intereses personales y sus proyectos políticos. Marginados por sus convecinos como traidores y perseguidos por la resistencia acabarían firmando un pacto de sangre con los ocupantes, contribuyendo al saqueo de sus países y empujando a sus comunidades al borde de la guerra civil. No en vano, la condena y depuración del colaboracionismo pondría los fundamentos de la refundación del continente en la posguerra.