A primera vista, el aumento del uso de armas no letales por parte de la policía garantizaría menos muertos y heridos graves en las protestas civiles. El tono eufemístico del concepto apunta en esa dirección. Sin embargo, ocurre justo al contrario. ¿Por qué? La utilización de balas de goma, gases lacrimógenos, granadas aturdidoras o pistolas eléctricas se ha multiplicado desde que empezaron a implantarse hace ya cuatro décadas. A medida que la democracia liberal pierde capacidad de regular las relaciones sociales, las garantías del Estado de derecho se entremezclan con lo que ha venido en llamarse Estado de excepción permanente. Ello implica que se crean nuevas infracciones, se amplía la definición de las ya existentes, se añaden circunstancias agravantes que agravan la calificación penal y aumentan las penas, aumentan los poderes policiales, y se reducen las libertades. Cadena perpetua en los tribunales, años de aislamiento en las cárceles, y mano dura en las calles. Hasta hace no tanto, la utilización de este tipo de armamento estaba acotada a contextos concretos. Ahora se emplea preventivamente contra un gran abanico de movilizaciones. Las mutilaciones, secuelas permanentes o perdida de vidas humanas quedan generalmente impunes.
Los cinco años de estancia de Unamuno en Hendaya, entre el 22 de agosto de 1925 y el 9 de febrero de 1930, fueron uno de los acontecimientos más emblemáticos de la época y definitivamente convirtieron al escritor en una figura pública. Símbolo de la oposición a la dictadura de Primo de Rivera desde que fue depuesto de su cátedra en Salamanca y confinado en la isla de Fuerteventura, tras su huida y su paso por París, Unamuno desplegó desde la villa fronteriza una notable actividad: allí escribió algunos de sus ensayos, poemas y piezas teatrales más recordados, supervisó sus traducciones al francés, continuó enviando artículos a los periódicos, recibió numerosas visitas y entabló contacto tanto con los exiliados españoles como con escritores franceses y de otras nacionalidades. Entre lo político y lo sentimental, entre la vocación de eternidad y la inmersión en el tiempo, aquellos cinco años dejaron tras de sí un puñado de escritos y actitudes que este volumen aborda desde diferentes perspectivas.
En el siglo XVI, una nueva dinastía llegó al trono de las coronas unificadas de Castilla y Aragón. Desde la lejana Austria, los Habsburgo sumarían sus enormes territorios a los ya conquistados por los Reyes Católicos en América e Italia, formando el imperio más poderoso y extenso de Europa Occidental.
Durante doscientos años, los Austrias gobernaron unas veces con puño de hierro y otras con guante de seda. Se sucedieron guerras, traiciones, casamientos y amoríos secretos, mientras los tercios defendían sus posesiones europeas y los conquistadores las ensanchaban al otro lado del globo.
El Fisgón histórico, aliado con la pluma de David Nievas, desgrana en este divertida y novedosa historia ilustrada los reinados de estos poderosos monarcas y la época que les tocó vivir, analizando al detalle aquel imperio donde no se ponía el sol.