«El dios que fracasó» es una obra clásica, un documento esencial de la Guerra Fría, que reúne los testimonios de algunos de los escritores más importantes del siglo xx acerca de su fascinación por el comunismo y su posterior desilusión.
El premio Nobel francés André Gide; el poeta y narrador afroamericano Richard Wright, autor de Hijo de esta tierra, uno de los relatos más crudos sobre el racismo en su país; el luchador antifascista y novelista italiano Ignazio Silone; el poeta británico Stephen Spender; el narrador y ensayista Arthur Koestler, y el periodista estadounidense Louis Fischer, biógrafo de Lenin y Gandhi, cuentan cómo la búsqueda de un mundo mejor y el rechazo a las injusticias del capitalismo los llevó a abrazar el comunismo como una nueva religión, defendiéndola con el celo del converso.
Cada uno de ellos fue descubriendo, más tarde, la verdadera naturaleza del credo político al que habían consagrado su fe. Aquel amor inicial se transformó en rechazo y horror al descubrir que, tras los bellos ideales, se escondían crímenes atroces y retrocesos enormes en las libertades, de los que habían sido cómplices involuntarios. Sin abandonar la preocupación por la justicia, sus relatos apóstatas nos ayudan a entender la mentalidad fanática que puede carcomer una sociedad.
«Justificar la mentira, la deshonestidad o el crimen, compartir una fe gregaria y estar en posesión de la única verdad me parecen elementos totalitarios que no han variado ni un milímetro desde 1950. Incluso entre tanta gente que se cree demócrata». Félix de Azúa
Dos narrativas irreconciliables han dibujado la historia del conflicto árabe-israelí: la sionista, que defiende el derecho de un pueblo judío maltratado a retornar a su patria ancestral y formar un Estado; y la palestina, que se opone a la ocupación y denuncia la violencia infligida por los primeros. Así, la propia historia resulta inseparable de la política en un enfrentamiento en el que ambas facciones se identifican como víctimas y en el que la autodeterminación de una de ellas supone inevitablemente la negación y el exilio de la otra. Sin embargo, Vecinos y enemigos ha logrado conjugar ambos relatos, desmontando sus mitos y contradicciones, y desde su publicación en 2018 se ha erigido como el análisis histórico más riguroso, objetivo y completo que se haya elaborado hasta la fecha.
Basándose en una amplia gama de fuentes, desde documentos desclasificados hasta historias orales y sus propios informes sobre el terreno, el presente libro es resultado de las más de cuatro décadas que el periodista británico Ian Black estuvo viviendo y trabajando como reportero en Israel y Palestina. Con la rendición de Jerusalén ante las tropas británicas y la llegada de los primeros colonos sionistas en 1917, o con las negociaciones de paz fallidas durante la segunda década del siglo xxi, recorremos cien años de violencia continua y los eventos trágicos que definieron el presente y condicionan el futuro del conflicto más polarizador de la era moderna.
Adolfo Posada, uno de los publicistas más destacado del siglo XX, redactó El Sufragio. Según las teorías filosóficas y las principales legislaciones en pleno debate sobre la crisis del parlamentarismo que se vivía durante la Restauración. La corrupción electoral, el caciquismo o el abstencionismo eran males endémicos que sólo podían superarse, según Posada, merced a una honda reestructuración del voto individual a cuyo través se ejercía la soberanía popular. En sus sistemáticas reflexiones –acompañadas de una mirada a los sistemas electorales comparados que él consideraba más dignos de imitación– el jurista asturiano profundizó sobre los distintos elementos del sufragio, sus clases, la administración electoral y sus garantías, proponiendo un auténtico sufragio universal, en el que, por supuesto, se incluyera a las mujeres. La obra supuso un esbozo teórico de una realidad que pondría en práctica la Segunda República una treintena de años más tarde, pero planteó también cuestiones que a día de hoy, más de un siglo después, todavía son objeto de debate.