La irresistible crónica de cómo, durante más de 2.500 años, lo dulce ha transformado nuestra geopolítica, salud y medioambiente.
La historia mundial del azúcar y la historia mundial del capitalismo esetán estrechamente vinculadas entre sí. Ulbe Bosma, en este primer relato verdaderamente global de una mercancía tan crucial, nos lleva a los campos de los campesinos indios, las casas de comercio de los mercaderes chinos, los esfuerzos monopolizadores de los industriales de Nueva York y las rebeliones de los trabajadores esclavizados del azúcar en Cuba para trazar cómo algo tan mundano llegó a desempeñar un papel crucial en la creación del mundo que habitamos hoy. Este libro es historia global en su mejor expresión.
LA TRANSICIÓN DEL ANTIGUO RÉGIMEN A UN ESTADO MODERNO CIMENTADO EN UNA CONSTITUCIÓN.
Este periodo crucial supuso la transición de un Estado basado en el Antiguo Régimen a uno moderno, cimentado en una Constitución que definiera la soberanía, los derechos individuales y la separación de poderes, creando un marco armónico y aceptable para todas las familias políticas.
El proceso, sin embargo, no estuvo exento de complicaciones. La discrepancia en los medios para establecer este nuevo orden, ya fuera mediante la revolución o la reforma, y la dificultad de equilibrar la libertad como motor de progreso con la necesidad de un Estado fuerte, añadieron capas de complejidad. Jorge Vilches, con su claridad y rigor, nos ofrece una visión detallada de esta situación, revelando cómo emergieron dos campos bien definidos: los conservadores, que priorizaban el orden como condición indispensable para las libertades, abogando por reformas viables; y los liberales, que veneraban la revolución como herramienta para cambiar el país en nombre del pueblo, en detrimento de los elementos «reaccionarios», y que demandaban un gobierno revolucionario exclusivo.
«La guerra de Ucrania acabará, pero la amenaza del Sahel seguirá ahí». Javier Colomina, representante de la OTAN para el flanco sur.
El Sahel es un cinturón que recorre África de este a oeste, desde el mar Rojo hasta el Atlántico. En él viven unos 400 millones de personas repartidas en diez Estados, sometidas a sequías devastadoras, la expansión del terrorismo yihadista, inestabilidad política, golpes de Estado, conflictos armados intermitentes y riesgo de hambrunas. Los problemas de la región se retroalimentan, atraviesan fronteras y suponen una grave amenaza.
Escenarios terribles como las masacres en la franja de Gaza y la guerra en Ucrania han acaparado la atención internacional, dejando en el olvido otros conflictos igualmente crueles, como los de algunos países de África y Asia (por ejemplo, Myanmar, antigua Birmania). Desde abril de 2023, los sudaneses padecen una guerra y una crisis alimentaria atroz de las que apenas llegan imágenes a los televisores europeos y americanos. Sudán forma parte del Sahel, y es en esa franja africana donde se está gestando un conflicto internacional capaz de cambiar sustancialmente el mapa geopolítico mundial, si no la próxima y más catastrófica confrontación bélica.
En el Sahel, muchos actores poderosos maniobran simultáneamente en varios tableros de ajedrez, donde las alianzas cambian con rapidez. Es también allí donde surgen y se incrementan factores desestabilizadores que pueden irradiar hacia el resto del continente africano y Europa.