«Paladín de la modernidad» y «maestro de la comunicación», «polemista de Fráncfort» y «conciencia moral pública de la cultura política»: tales son algunos de los epítetos de los que se ha hecho merecedor Jürgen Habermas. Con razón se ha dicho de él que «no solo es el filósofo vivo más famoso del mundo, sino que su propia fama es famosa». Pero si su figura como pensador resulta noticiable, y hasta puede parecer fascinante, es porque supo abandonar una y otra vez el ámbito protegido de la vida académica para intervenir en los debates de la esfera pública. «Es la irritabilidad», dice el propio Habermas de sí mismo, «lo que convierte a un sabio en intelectual». Reconstruir el intrincado entrelazamiento entre el oficio del filósofo y teórico social y el oficio del intelectual público es el objeto de esta biografía.
Un relato apasionante de intriga despiadada y conspiraciones, es un estudio de personalidades, política y poder
Los Románov gobernaron Rusia como zares y emperadores durante trescientos años. A través de la fuerza implacable de su personalidad, esta familia de peculiares pero brillantes autócratas transformó un reino débil y arruinado por la guerra civil en un imperio que dominó Europa. Pedro el Grande, el tirano borracho y asesino, gigante físicamente y reformador político; y Catalina la Grande, la apasionada princesa alemana que derrocó a su propio marido para convertirse en el estadista más sobresaliente de una edad de oro, fueron los dos más grandes gobernantes de Rusia. Elizaveta, que era tan promiscua como glamurosa, continuó el ascenso de Rusia como una potencia europea; más tarde los irresponsables y desequilibrados Pedro III y Pablo I fueron asesinados. Nicolás I censuró a Pushkin, se nombró a sí mismo Gendarme de Europa y luchó en la guerra de Crimea con Gran Bretaña. Finalmente, Nicolás II y Alexandra, a pesar de su feliz matrimonio y la tragedia de su hijo hemofílico, resultaron ser demasiado ineptos para salvar a Rusia de la Gran Guerra y revolución.
La historia del primer gran conflicto entre China y Occidente
Cuando Gran Bretaña, llevada por los intereses de sus traficantes de opio y su propia avaricia, inició su primera guerra contra China en 1839, se embarcó en uno de los conflictos más inmorales de la historia, cuyas consecuencias perduran hasta la actualidad. China salió derrotada de esta primera guerra del Opio, que puso fin a su última edad de oro y supuso el comienzo de un largo «siglo de humillación». Antes de esa guerra, los contactos con Occidente habían sido fructíferos para ambas partes y, en buena medida, pacíficos. ¿Qué ocurrió para que todo cambiara?
En esta dramática y épica historia, el galardonado historiador Stephen R. Platt nos muestra el camino que condujo a la guerra del Opio y explica su desarrollo y consecuencias, desde los primeros intentos de los comerciantes y misioneros occidentales de «abrir» China al mundo hasta la firma del tratado desigual que cedió Hong Kong al Reino Unido. A través de una vibrante y exquisitamente documentada narración, conoceremos a los protagonistas, chinos y occidentales, del diverso mundo comercial y cultural de Cantón, y entraremos en los despachos de Londres y Pekín donde se cimentó un nuevo orden marcado por la subordinación china y la preponderancia occidental. Este es un libro fundamental, pues, no solo para conocer el pasado, sino también para comprender a la China contemporánea y su actitud hacia Occidente.