Más extraño que la bondad nos ofrece una fascinante mirada íntima al universo creativo de uno de los artistas más relevantes del panorama musical contemporáneo, Nick Cave. A través de fotografías, libretas de apuntes, letras de canciones escritas a mano y una colección de objetos artísticos que moldearon su muy particular imaginario, este libro traza el origen y desarrollo de una imponente carrera musical, a la manera de un rompecabezas donde cada una de las piezas contribuye a formar una imagen cuyo rostro nos resulta sumamente familiar. Y es el propio Cave quien ofrece a los lectores una visita guiada por cada una de las paradas que lo condujeron al estrellato.
Se trata de una suerte de diario íntimo visual y escrito en el que se registran los deseos, fantasías, temores y obsesiones de ese artista tan radicalmente único que es Nick Cave. Una celebración de los misterios del proceso creativo en tanto que lenguaje universal, que en el caso de Cave ha logrado conectar con millones de personas a lo largo del planeta. Un viaje en el que música, poesía, fotografía, pintura y devoción por el rock n’ roll convergen como testimonio de una de las expresiones musicales más estremecedoras de las últimas décadas.
Si bien los historiadores no se ponen de acuerdo ni sobre el lugar ni la fecha del nacimiento de Nicolas Flamel, esta última, según Louis Figuier, «no debe alejarse mucho del año 1330», en Pontoise (Francia). Gracias a una documentación relativamente abundante, podemos saber que Flamel ocupó un lugar relevante en la sociedad parisina de su época y que gozó de una discreta fortuna que le permitió hacer numerosas obras de caridad, construir varias casas y realizar sustanciosas donaciones. Su hermano Jean fue el secretario personal del duque de Berry. Flamel ha pasado a la historia como el prototipo del alquimista y su obra El libro de las figuras jeroglíficas es uno de los tratados de alquimia más conocidos en el mundo. Mencionado en clásicos como Nuestra Señora de París (Victor Hugo), El péndulo de Foucault (Umberto Eco) o El Secreto egipcio de Napoleón (Javier Sierra), el interés por este personaje ha revivido al aparecer en el primer libro de la serie de Harry Potter, Harry Potter y la piedra filosofal.
El llamado «Lenin español» que se convirtió en el único obrero jefe del Gobierno de España y un líder esencial del siglo XX
Francisco Largo Caballero fue un sindicalista y político, dirigente del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores. Fue el dirigente obrero más relevante en España y auténtico heredero del fundador, Pablo Iglesias, al tiempo que un dirigente de masas, ministro y presidente del Gobierno, promotor y mantenedor de proyectos societarios. La personalidad y la actuación de Largo Caballero fueron siempre complejas, poliédricas y contradictorias. Le tocó vivir tiempos convulsos en primera línea de la política: la dictadura de Primo de Rivera, la República y la Guerra Civil. Su liderazgo y sus decisiones han sido muy criticados y, su figura, desnaturalizada con frecuencia.
En su calvario en el exilio clamaría: «Desde el año 1909, ¡treinta años!, no me he visto libre jamás de las garras de la policía y de los tribunales, y todo por el delito de tener ideas socialistas». Era marxista revolucionario pero también un reformador social y un sindicalista pragmático. Fue cinco veces concejal en el Ayuntamiento de Madrid donde combatió la corrupción al tiempo que dirigía la ejemplar Mutualidad Obrera. Desde la huelga general en España de 1917, que casi le llevó al paredón, pasó por etapas legalistas y rupturistas. Rehuyó la confrontación con la dictadura primoriverista pero se implicó en la llegada de la República en 1931 donde fue un gran ministro de Trabajo; en 1934 se embarcaría en la fracasada Revolución de Octubre. Con la llegada de la Guerra Civil se recurre a él para presidir el Gobierno desde el cual intentó disciplinar al ejército y mantener unidos a los republicanos. Enfrentado a los comunistas y a una parte de los socialistas, en 1937 fue obligado a abandonar el cargo y, en Francia, fue perseguido por los agentes franquistas hasta terminar en el campo de exterminio nazi de Oranienburg.
Al regresar a Francia en 1945, con pocos meses de vida por delante, sintiéndose «más español y más socialista si cabe que nunca» defendió su propuesta de una Transición pacífica y sin revanchas. Esta vez tuvo el apoyo de Indalecio Prieto y del PCE pero ya era tarde para él... y para España.