La era del progreso, a todos los efectos, ha terminado. Frente a la crisis climática, la raza humana necesita repensar todo.
La comunidad empresarial, el gobierno, el mundo académico y el público en general han comenzado a hablar de «resiliencia» a raíz de la pandemia del COVID y el cambio climático, pero nadie puede asegurar todas las maneras en que esta transformación fundamental afectará a nuestras vidas. Lo que podemos afirmar es que la era del progreso, dominada por el dogma de la eficiencia, ha de dar paso a la era de la resiliencia, en la que la adaptabilidad sea la nueva máxima.
Por fortuna, una generación más joven ha comenzado a extender el impulso empático más allá de nuestra propia especie para incluir a nuestros semejantes, todos los cuales son parte de nuestra familia evolutiva. Ahora es posible que nuestro largo viaje finalmente nos lleve de regreso a casa.
Pedagogía Institucional es uno de los textos fundamentales del movimiento pedagógico del mismo nombre que tuvo su eclosión, en la década de los sesenta y los setenta del siglo pasado, en Francia. Un movimiento heterogéneo compuesto por diferentes personalidades que abordaron, con intensidad y pasión, el papel de las instituciones, no solo las educativas, en las sociedades de su tiempo. En este cometido, propusieron alternativas para atenuar o anular la alienación que el carácter burocrático de las instituciones generaba en los individuos y en los grupos. Michel Lobrot analiza en su texto, publicado por primera vez en 1966, las características de los sistemas educativos para avanzar hacia una autogestión educativa mediante la cual las personas puedan desplegar todas sus capacidades, ya que, habitualmente, quedan encorsetadas en los mecanismos de unas instituciones que fomentan la sumisión y limitan la creatividad y la libertad propias de la condición humana.
El emperador Marco Aurelio Antonino fue consignando en privado este ejemplo único de escritura de sí y sobre sí, enmarcado en la filosofía estoica, durante los años en los que comenzó la decadencia de Roma. Al margen de la corte, la púrpura y las convulsiones de la época en la que fue redactado este diario de mejora personal, sus hondas reflexiones apuntan a la constitución desnuda de cualquier ser humano.