Bienvenido al lado tenebroso de la historia romana. Aquí le espera un mundo a veces estridente y a veces amenazador, pero siempre inquietantemente familiar. Es un mundo de consumo de drogas, pérfidos asesinatos, oscuros cultos, misteriosos asuntos de Estado, corrupción, brutales peleas entre bandas y extrañas obsesiones. Aquí no encontrarás senadores y matronas morales, sino políticos sin escrúpulos, prostitutas expertas en todas las artes, agentes secretos con nervios de acero, ingeniosos diseñadores de armas y envenenadores a sangre fría. Bienvenido a la Roma oscura.
¿Era drogadicto Marco Aurelio? Se dice que el emperador-filósofo consumía opio. ¿Construyó realmente Arquímedes, el ingenioso maestro constructor de Siracusa, una superarma? ¿Y llegó a reunirse una logia secreta en la basílica subterránea que los arqueólogos han descubierto en los bajos fondos de Roma? ¿Cómo podía uno mandar al otro barrio a los rivales?, ¿con veneno?, ¿con magia? Estos y otros muchos misterios aguardan a los lectores de Roma oscura, una fascinante historia del salvaje mundo romano.
Tienes en las manos una historia olvidada. No se trata de una historia amplia, definitiva y exhaustiva del mundo, sino algo más sosegado, más íntimo y particular: un viaje único, a través de un centenar de objetos que nos transportan a múltiples, fascinantes y a menudo ignoradas hazañas femeninas.
Con una prosa delicada y magnética, cosida a través de un sinfín de anécdotas trepidantes, Annabelle Hirsch despliega a una gran selección de mujeres (y sus pertenencias) que, en el fondo, es una inmejorable excusa para desvelar los pensamientos y sentimientos cotidianos de todo un género. El resultado es una historia alternativa, íntima y conmovedora, de la humanidad.Una estatua de Hatshepsut, un consolador de cristal del siglo xvi, una máquina de escribir Remington, un bolígrafo que perteneció a Greta Garbo, un Tupperware o un broche de Hannah Arendt explican la evolución del rol (y el poder) femenino desde las sociedades prehistóricas hasta hoy. Cosas de mujeres desmonta todo lo que que creemos saber de nuestro pasado para demostrar que, en sus facetas más desconocidas y domésticas, este ha sido tan complejo y fascinante como las mujeres que lo poblaron.
La sociedad democrática actual le debe la invención de su régimen político a la antigua Grecia. Sin embargo, sus orígenes y su evolución no pueden rastrearse de manera diáfana y sencilla. Por ello, para entender y reflexionar sobre la democracia en toda su amplitud, Paul Cartledge se remonta 2.500 años hasta la cuna de la civilización occidental y explica el nacimiento de este sistema político, cómo este se diversificó, con la coexistencia de diferentes modelos, y cómo llegó a su plenitud un siglo más tarde. Conocer sus características nos permite entender las razones por las que también las instituciones democráticas griegas declinaron a manos de los macedonios y, posteriormente, de los romanos hasta eclipsarse durante siglos. Este amplio recorrido por la Antigüedad permite a Cartledge establecer una comparación con el pensamiento democrático moderno, desarrollado a partir del siglo XVIII hasta llegar hasta hoy, para ver sus similitudes y diferencias.