Verdadera acta fundacional de una nueva época del pensamiento, en el Discurso del método, primer escrito publicado por René Descartes (1596-1650), se forjan los tópicos en torno a los cuales girará la reflexión filosófica hasta que la Modernidad entre en una crisis definitiva. La presente edición trilingüe incorpora una selección de la correspondencia de Descartes sobre el Discurso así como el texto polémico de Pierre Petit, uno de los llamados libertinos eruditos, en torno a la idea de Dios.
En el otoño de 1991, en plena desintegración del imperio soviético, Anne Applebaum -ganadora del Premio Pulitzer por Gulag. Historia de los campos de concentración soviéticos- emprendió un viaje desde el Báltico hasta el mar Negro, pasando por Lituania, Bielorrusia, Los Cárpatos y Ucrania, con la intención de comprender la nueva configuración de unos territorios en constante conflicto. Por el camino descubrió un amplio abanico de culturas identitarias, religiones y aspiraciones nacionalistas que competían entre sí.
Si bien han transcurrido más de treinta años, las vidas aquí narradas se leen hoy como un registro documental de un mundo que ya no existe. Applebaum, una excelente observadora, teje con gran habilidad la desgarradora historia de una región incomprendida a través de los relatos de personas corrientes, que describen el modo en que los acontecimientos históricos influyen y marcan la vida de la gente.
Ubicado entre la crónica periodística, la literatura de viajes y el ensayo histórico, Entre Este y Oeste ilumina con brillantez los orígenes de la crisis geopolítica entre Rusia y Europa y nos ofrece algunas claves para entender el alma de estas tierras fronterizas.
Una figura como la de Cicerón es de las que, por sí solas, sirven para llenar un siglo. Y si en la vida pública no tiene el genio de un César o un Augusto, en la oratoria y —en un sentido amplio— en la vida intelectual y artística no tiene parangón en su época. Pero no se trata sólo de que Cicerón sea el primer orador de su tiempo y de la historia de Roma: es que nuestro autor es el creador de una prosa ya capaz de expresar tanto las complejidades del pensamiento abstracto cuanto el equilibrio, gracia y frescura indispensables para una verdadera prosa artística.