Rosi Braidotti, en este original ensayo, plantea una alternativa superadora a un Humanismo que se ha vuelto omnipresente y que históricamente ha escapado con astucia a los esfuerzos delimitadores de la teoría crítica. El «humano» es la criatura que proviene de la Ilustración y de su herencia: el sujeto cartesiano del cogito, la comunidad de los seres racionales de Kant o el sujeto-ciudadano, titular de derechos y propietario. Es un concepto que disfruta de un amplio consenso y conserva la tranquilizadora familiaridad del lugar común: damos por hecho nuestra pertenencia a la especie y hemos instaurado alrededor de ella la noción fundamental de Derecho. Pero ¿es realmente así? Rosi Braidotti, en este original ensayo, plantea una alternativa superadora a un Humanismo que se ha vuelto omnipresente ?impulsado sobre todo por los actuales progresos científicos y los intereses de la economía global? y que históricamente ha escapado con astucia a los esfuerzos delimitadores de la teoría crítica. De este modo, «lo posthumano», como posibilidad de superación de lo dado, aporta un significativo cambio de rumbo en el modo de entender las características fundamentales de nuestra especie, nuestra política y nuestra relación con los demás habitantes del planeta. Al mismo tiempo, plantea una serie de nuevos interrogantes en torno a la estructura misma de nuestras identidades compartidas.
Una carta de amor a una forma de vida cada vez más cuestionada
Somos más liberales de lo que pensamos. En nuestras costumbres y valores aún pervive esa tradición que John Rawls definió como «un sistema equitativo de cooperación». Aunque lo ignoremos, el liberalismo está en la raíz de nuestras vidas y en el modo en que actuamos en sociedad y en la arena política. Pero ¿por cuánto tiempo?
Alexandre Lefebvre, profesor de Política y Filosofía, asume que los valores que han conformado Occidente están hoy amenazados: «Una masa crítica de ciudadanos de las democracias liberales ha dejado de creer en el liberalismo». Sin embargo, la liberal sigue siendo una buena idea, la mejor, y es necesario redescubrirla para poder defenderla.
Liberalismo como forma de vida es un puente hacia una visión del mundo abierta y digna, al alcance de todos. En este libro, Lefebvre define lo que entiende por liberalismo, identifica sus principios e ideales, señala de qué manera moldean nuestra autoconcepción, explica cómo podemos cultivar esos compromisos y sugiere por qué es una buena idea.
Porque la mejor garantía de una vida plena es volver a llenar de contenido la tradición que nos llevó a convertirnos en la sociedad más tolerante y pujante de la historia.
«Cabe imaginarse el paraíso bajo muchas formas, pero una de las más acreditadas es la de una biblioteca», sostiene el autor al comienzo de este fascinante viaje al mundo de las bibliotecas, esos espacios fértiles donde se fragua la curiosidad, el sentido crítico y la creatividad humana. Concebidas al principio como templos del saber y restringidas moradas de un saber elitista, las bibliotecas poseen en la actualidad infraestructuras concebidas para conseguir un uso público, genérico y lo más universal posible del conocimiento y de la cultura. Pero ¿es así realmente?, ¿es verdaderamente igualitario el acceso a las nuevas formas del saber?, ¿es la digitalización la nueva panacea cultural o está sencillamente abriendo las puertas al infierno de la incomunicación y la desmemoria?