En la vida y en la obra de Rosa Chacel (1898-1994) el gran juego de las pasiones humanas adquirió una trascendencia singular que se impone pese a su expresión siempre elidida. Chacel, la maestra literaria de la elipsis. Autora de culto por novelas más elogiadas que leídas, creadora de relatos excepcionales, biógrafa de su propia infancia, casada con el pintor Timoteo Pérez Rubio, icono a pesar suyo del exilio republicano, mantuvo un pulso permanentemente conflictivo consigo misma.
Íntima Atlántida propone un esclarecedor recorrido por la vida de Chacel —un grito en la noche—, restituyéndose por primera vez aquello que mantuvo en secreto largo tiempo. Un continente demasiado sumergido en el desconocimiento y que ahora ve la luz. Esta biografía es un minucioso trabajo de encaje de citas, cartas, documentos, testimonios e investigación que han permitido dar cuenta de su evolución vital y de los fantasmas que la mantuvieron atada a su pasado.
En 1785, cuando el gran poeta alemán Friedrich Schiller escribió su inmortal Himno a la alegría, cristalizó las esperanzas y los sueños más profundos de la Ilustración europea para una nueva era de paz y libertad, una época en la que millones de personas se considerarían como iguales. La Novena Sinfonía de Beethoven dio entonces alas a las palabras de Schiller, pero apenas un siglo después esas mismas palabras fueron reivindicadas por los propagandistas nazis y tergiversadas por la barbarie.
Cuando se trata de cómo las sociedades recuerdan estos sueños y catástrofes cada vez más lejanos, solemos pensar en libros de historia, archivos, documentales o memoriales tallados en piedra. Sin embargo, en El eco del tiempo, el galardonado crítico e historiador cultural Jeremy Eichler defiende de forma apasionada y reveladora el poder de la música como memoria de la cultura, una forma de arte singularmente capaz de transmitir el significado del pasado.