La división, la crispación y la polarización han dado un vuelco al escenario político internacional. El murmullo de descontento que comenzó en los años noventa ha llevado a ciertos sectores de la sociedad a manifestar una clara animadversión hacia el proyecto globalizador de las élites. Gobernantes y ciudadanía parecen preferir el libre mercado en lugar de una democracia saludable. Conceptos como «libertad» o «civismo» han dejado de generar consenso y se han convertido más que nunca en armas arrojadizas entre adversarios electorales. Mientras, aumentan las desigualdades sociales, la injusticia racial y el hiperpartidismo, y las fronteras nacionales pierden su relevancia económica e identitaria.
En esta nueva edición de El descontento democrático, publicado por primera vez en 1996 y actualizado a los nuevos tiempos, Michael J. Sandel explora de un modo certero e iluminador las causas de la profunda decepción que se ha apoderado de la vida pública en las democracias occidentales. A través del caso de Estados Unidos, nos proporciona herramientas para comprender cómo en tiempos de guerras culturales, donde cada vez es más difícil que surjan movimientos reformistas de amplia base social, nuestra tradición cívica puede ayudarnos a imaginar una alternativa al sistema neoliberal y tecnocrático en que estamos instalados, donde la identidad y los ideales comunes están cada vez más devaluados.
Generalmente, se entiende por terrorismo la voluntad deliberada de sembrar el terror golpeando a la población desarmada considerada enemiga. Sin embargo, Francesco Benigno cuestiona este enfoque recurriendo a la historia. De hecho, la producción de "terror" no ha sido históricamente la única dimensión del "terrorismo" y, de esta manera, puede entenderse mejor como la construcción de un evento sensacional, capaz de despertar a las masas de su letargo político, lo que los anarquistas llamaron "propaganda con el hecho". Al mismo tiempo, la historia nos enseña que el terrorismo es también una técnica de guerra utilizada en tiempos de paz, la continuación de la política con medios explosivos. La finalidad del gesto terrorista es, en otras palabras, perfilar, a través de una imagen polarizada en el eje nosotros-ellos, el escenario de una guerra, definida en términos absolutos como el choque entre el bien y el mal. El autor de este libro da cuerpo y sustancia de manera brillante a esta tesis historiográfica, conduciendo al lector por épocas muy diferentes: del Terror de la Revolución Francesa a las bombas anarquistas, del populismo ruso a la Guerra Fría, de los años del plomo en Italia a los atentados del 11 de septiembre.