Fue un antes y un después en un año crucial. La publicación de La Edad de Plata (1902-1939). Ensayo de interpretación en 1975 supuso un momento fundacional de los estudios literarios y culturales sobre la primera mitad del siglo xx en nuestro país. La mirada lúcida e incisiva de José-Carlos Mainer abrió infinidad de caminos ubérrimos por los que han transitado muchos de los trabajos posteriores en el ámbito de estudio, por no decir casi todos. Aun así, esta obra original mantiene toda su vigencia y su atractivo, apoyada en tres virtudes luminosas: una estimulante calidad literaria, la lectura renovadora de algunas obras fundamentales y una apreciación de aquellos factores de unidad fundamentales, como la reconexión española con la Europa moderna, la relación con el público y la búsqueda del mismo, la afortunada creación de instituciones culturales, la incardinación de pedagogía y estética, la configuración de un arte nacional y la modernización radical que preside el proceso entero de una época irrepetible.
En la inmensa bibliografía mundial sobre Leonardo, faltaba una biografía definitiva sobre el genio de Da Vinci. Carlo Vecce colma esta laguna ofreciendo al lector el retrato más completo a través de descubrimientos inéditos, de nuevas perspectivas sobre su obra y de la voz de aquellos que le conocieron. Sus contemporáneos tienen aquí vida y sangre, y sus recuerdos trazan a través de los siglos el retrato más polifacético y más íntimo jamás escrito sobre la vida de Leonardo, marcada por la borrascosa relación con su padre, por sus amores secretos y sus dificultades para acceder a un mundo del arte al que le costó adaptarse. A todo ello, Vecce añade la voz del propio Leonardo, hecha de palabras e imágenes que fluyen en la escritura diaria de páginas en cuadernos, libretas y hojas sueltas en las que se relata a sí mismo, dando vida al mayor de sus inventos: una forma de comunicación global, entre la oralidad y la escritura, la palabra y la imagen, extraordinaria por su modernidad y a través de la que pretendía captar y representar la variedad y la transitoriedad de una naturaleza en perpetuo devenir. Una obra inmensa, proyección de una mente prodigiosa que, libre de todo esquema y prejuicio, deja abiertas todas las posibilidades y que hace de su biografía un auténtico canto a la libertad.
Un fascinante compendio de ensayos a medio camino entre la poesía y el ensayo antropológico.
Desde que se iniciara como escritor, Eliot Weinberger encontró en el ensayo un territorio inexplorado que a partir de entonces no ha dejado de investigar. Ha creado un fascinante compendio de antropología universal reduciendo la distancia entre la poesía y la narrativa hasta lo ínfimo, y así ha renovado profundamente la forma del ensayo contemporáneo. En estos Ensayos elementales el lector encontrará parte de los textos publicados a lo largo de su trayectoria, así como otros inéditos hasta la fecha.
Un conjunto de ensayos de carácter único, cuyas trabadas piezas, que a menudo se entremezclan en la configuración de otras, confluyen en una prodigiosa variedad temática —del viento a los rinocerontes, pasando por los lagartos, los aztecas, Empédocles, los Chang o las abejas— y en un imaginario cultural en el que los límites entre las mitologías orientales y las ficciones occidentales también se difuminan.
Tomando de la poesía la versificación, la metáfora y la imagen; de la prosa enciclopédica, una voz veraz y un respaldo histórico documentado; de la tradición oriental, la proliferación de elementos naturales y cierto sedimento exótico-sagrado (son comunes las matemáticas y la geometría, los pequeños rituales casi tribales), Weinberger centra su atención en las particularidades de lo humano —sus sueños, literaturas y paisajes— y es capaz de darles forma con una escritura ambigua, muy sencilla, que convierte este corpus en un ejercicio de imaginación poética superlativa.