Entre los siglos XV y XVIII, los europeos no solo estaban fuertemente constreñidos por las jerarquías sociales, también malvivían atormentados por el hambre y la miseria, tiranizados por el consumo diario de un pan deliberadamente adulterado, a menudo mezclado con semillas y hierbas alucinógenas.
Mientras Galileo, Descartes y Bacon trabajaban en la idea de un mundo racional y ordenada, la desnutrición crónica y la embriaguez domésticaagudizadas por estas drogas rurales y domésticas llevaban a sus coetáneos a un viaje psicodélico, a trances y explosiones dionisíacas que involucraban a pueblos enteros, a los meandros de un imaginario demoníaco y nocturno que aliviaba una existencia de otro modo invivible.
A través de una cuidadosa reconstrucción de la vida cotidiana de campesinos, mendigos y pobres, Piero Camporesi en El pan salvaje presenta una imagen vívida y desconcertante de la Europa preindustrial, azotada por el desigual reparto de bienes y alimentos, como un vasto laboratorio de sueños.
Sumida en un universo fantástico, la humanidad tenía acceso a formas de conciencia ajenas a la racionalidad, y aún podía aprovechar las reservas oníricas que la prohibición a las hierbas alucinógenas destruyó más tarde.
El filósofo Bernard-Henri Lévy ha escrito este manifiesto por la supervivencia de Israel, una reflexión sobre su significado histórico y la importancia del Estado israelí como bastión de la democracia en Oriente Próximo frente al totalitarismo islamista y el antisemitismo.
Sobre la guerra contra Hamás en Gaza, las reacciones políticas de los distintos bandos o las reflexiones sobre el imperialismo, el colonialismo, la democracia o el fundamentalismo recorren este análisis de urgencia. Para el autor, en tierras de Israel, y tras los hechos del 7 de octubre de 2023, está en juego el derecho a existir de los judíos, pero también los valores y ética occidentales propios de los principios ilustrados.
¿Todos somos filósofos? ¿Para qué sirve la filosofía? ¿Qué es la ciencia? ¿Se puede hablar de una «ciencia unificada»? ¿Qué es el poder político? ¿Sabríamos definir la idea de Libertad? ¿De qué se ocupa la bioética? ¿Hacen política los chimpancés? ¿Es posible el totalitarismo en política? ¿Existen los derechos naturales? ¿Es la religión «el opio del pueblo»? ¿Qué son los númenes?
Todos disponemos de conocimientos de ética, de moral y de política porque, en caso de no tenerlos, ni siquiera podríamos actuar. La prueba está en que en la plaza pública -en las sobremesas familiares, en la barra del bar, en las redes sociales- todo el mundo discute sobre temas relacionados con la ética, la moral y la política. No son cuestiones reservadas para los especialistas en ética, para los politólogos o para los profesores universitarios, sino asuntos públicos. Pero filosofías no hay una sino muchas, y algunas filosofías explican los fenómenos de la realidad con mucha mayor potencia que otras. Todos y cada uno de nosotros nos marcamos unas exigencias de hasta qué punto queremos aclarar nuestra forma de interpretar el mundo.