¿Es el fascismo una cosa del pasado? Fascismo, una guía ilustrada, retrotrae los orígenes del pensamiento fascista a las tradiciones del ultraconservadurismo del siglo XIX. Investigando los tipos de fascismo que surgieron tras la Primera Guerra Mundial, este volumen profundiza en las ideas de Nietzsche, Wagner y otros intelectuales para explicar la terrible "lógica del Holocausto". Examina asimismo el éxito político de la extrema derecha y la explosión de los ultranacionalismos a lo largo de toda Europa. Stuart Hood explora en esta magnífica guía ilustrada las distintas formas que ha tomado el fascismo y su evolución a lo largo de décadas. Las poderosas ilustraciones de Litza Jansz llenan de vida sus páginas.
Fotografías fijas comienza con la imagen de una niña taciturna que en 1939, a los cinco años, deja atrás Praga en tren, con los rascacielos de Nueva York en el horizonte. A pesar de su escepticismo hacia las autobiografías al uso, en este libro Janet Malcolm dirigió su atenta mirada hacia su propia vida a traves de las fotografías y de las memorias que estas le evocaban. Sus primeros amores caprichosos, su fascinación por lo que podía significar ser una "chica mala" y las veladas en la vieja MetropolitanOpera House son algunas de las piezas que componen este retrato íntimo de una infancia neoyorquina que nunca perdió de vista el influjo de Europa. El libro profundiza tambien en su matrimonio con Gardner Botsford, en el círculo de TheNew Yorker y en el juicio por difamación que la llevó al banquillo y a convertirse en personaje de su propio drama.
Desde hace una década vivimos la lenta despedida de la gran generación de la posguerra, la que protagonizó la Transición y que ha ocupado todos los ámbitos de poder (político, económico, cultural, mediático) durante los últimos cuarenta años.
Esta generación está siendo sustituida por los hijos y las hijas de la democracia. Es un cambio de personas, pero sobre todo de tiempo,del tiempo impreso en cada uno de nosotros. Es un cambio de valores, jerarquías y ritmos vitales. Es un cambio de experiencias vividas que transforma nuestra conducta y nuestra visión del mundo y de su funcionamiento. Y esto, a su vez, impacta de lleno en la política, en la relación de los individuos con ésta y en el papel que juega en la vida colectiva.
Estamos entrando en un mundo nuevo, que ha dejado atrás la seguridad y la lentitud para abrazar el cambio constante y la aceleración como valores dominantes de nuestra sociedad. Este es el tiempo del yo, un yo impaciente que circula por un escenario fragmentado y en medio de una gran confusión. Para aprender a manejarse en él, es preciso entenderlo, y para ello no hay mejor guía que este libro.
Puede que hoy sintamos más intensamente bajo nuestros pies el temblor de la destrucción de los monumentos. Movimientos como "Black Lives Matter", las justas reclamaciones de los descendientes de pueblos colonizados o las luchas por la memoria histórica tras las dictaduras del siglo XX han exigido reparaciones simbólicas que a menudo pasan por intervenir, retirar o demoler estatuas de personajes y acontecimientos heroificados por una sola versión de los hechos. Sin embargo, como nos invita a reconocer aquí Mauricio Tenorio, el subir y bajar de los monumentos es tan viejo como la propia historia. La auténtica novedad reside en el flamante monumento de nuestra era: el "selfie", la imagen que, gracias a la magia de las redes sociales, pretende congelar el gesto de destrucción como un acto monumental que rinde honores a la verdadera justicia y al definitivo progreso, y que ofrenda los escombros del presente en los altares de un futuro mejor, más ético y puro. Pero basta meter las manos en el barro del pasado para convencerse, con el autor, de que la historia no es sino una sucesión de infamias, y nada en ella nos indica que el porvenir tenga la capacidad de conjurar sus males. Frente al gesto reductor y estéril de la destrucción, Mauricio Tenorio propone buscar refugio en la ironía para alumbrar, con una buena dosis de autocrítica, la posibilidad de una relación con la historia que permita hacer cuentas con aquello que incomoda políticamente, mirándolo cara a cara. Repensando nuestros usos del discurso histórico y del espacio público, y, sobre todo, desmitificando sus poderes, tal vez podamos ofrecer a nuestra generación y a las que vengan algo más que ruinas.
Por lo general, la naturaleza suele revelarse como algo fascinante a pesar del cambio climático, pero a veces lo hace, asombrosamente, a causa de él. Algunos lagartos abaniquillos (del género "Anolis"), por ejemplo, han ampliado las almohadillas de los dedos para agarrarse mejor a los árboles debido a la creciente frecuencia de los huracanes. Las poblaciones del calamar de Humboldt van en aumento porque la temperatura elevada del agua altera de tal modo su desarrollo que los pescadores los confunden con otra especie y los devuelven al mar. Las flores silvestres que Thoreau conoció en Walden Pond florecen ahora varias semanas antes en primavera, y hay aves que él jamás contempló por allí y hoy se han convertido en residentes permanentes porque migran desde el sur a medida que aumenta la temperatura. En "Lagartos huracanados y calamares plásticos" Thor Hanson explora los extraordinarios medios a través de los cuales las plantas y animales están respondiendo a la crisis climática: moviéndose, adaptándose e incluso evolucionando. Este libro es un relato de esperanza, resiliencia y riesgo; un retrato inolvidable del cambio climático y del enmarañado tejido que conforma la vida: la historia natural fundacional de un tiempo antinatural.
Si usted lee "der schwankende Wacholder flüstert", sabrá que está ante una frase en alemán. Y pensará que se ha topado con el inglés si ve en un texto "before it is too late". Y no dudará que se escribió en italiano la frase "e’ un ragazzo molto robusto che non presenta particolari problemi". Si escucha la palabra "cusa" en un contexto español, pensará que es un vocablo que usted desconoce pero que probablemente existe (porque sí están en nuestro idioma «casa», «cesa», o «cosa», o «musa», o «rusa», «lusa», o «fusa»). Aunque en realidad no exista. Pero a usted le sonará español si las palabras que la rodean son castellanas. Y, si es usted español, no le cabrá ninguna duda de qué lengua tiene ante sus ojos si lee "txamangarria zera eder eta zera nere biotzak ez du zu besteroik maite". En efecto, es euskera. ¿Qué es lo que nos hace identificar palabras como propias o ajenas, o asignarlas a una u otra lengua?: el genio de cada idioma, que alcanzamos a identificar someramente incluso aunque no lo conozcamos. Esta obra se pregunta —y procura algunas respuestas— sobre el genio del idioma español. Qué le gusta y qué rechaza, cómo se comporta desde hace siglos y cuáles son sus manías y sus misterios. Sabiendo todo eso, adivinaremos mejor cómo somos nosotros y cómo va a evolucionar nuestra lengua.