¿Por qué un manual? Porque aspira a ser fácil de manejar y fácil de entender y su intención es fundamentalmente práctica. Porque no es un libro oficial, académico o doctrinario, y compendia lo más sustancial de unas cuantas vidas filosóficas. ¿Por qué portátil? Porque es un homenaje a caminantes. La filosofía portátil es un esfuerzo por liberar al pensamiento de la reclusión a la que ha estado sometido por escolásticos y académicos. Un modo de conjurar esa manía erudita de hablar sólo para aquellos que comparten cátedra o facultad. El espíritu de la pesadez infecta como ningún otro al de la filosofía, y el portátil es un soltador de lastre. Prefiere ofrecer ironías, migajas y vislumbres que abran paso a una nueva inteligencia de la vida. Este libro propone recorrer el río de la filosofía a contracorriente, en busca de sus fuentes. El viaje se inicia con el gesto de un antropólogo que, tras estudiar filosofía en París, se va a buscar la verdad entre los «salvajes». Luego, visitamos a los filósofos, contemplando escenas inolvidables: Wittgenstein toma notas en una trinchera, Nietzsche susurra a un caballo, Kierkegaard financia un panfleto anticlerical, Leibniz descubre el amor entre las princesas, Montaigne se encastilla, Plotino oculta su pasado, Sócrates bebe voluntariamente un veneno y Empédocles se arroja a un volcán. Lo que a primera vista podría parecer extraño revistió un profundo sentido para todos ellos. Llamemos a ese sentido filosofía y veamos qué ocurrió.
¿Qué significa que el único amor verdadero sea el amor imposible? ¿Es el amor lo que suponemos que es? ¿Y si fueran las preguntas lo que hay que cambiar porque es en la imposibilidad del encuentro amoroso donde radica su verdad?
Un ejercicio de pensamiento radical que nos anima a desandar lo andado en el camino del amor
Este libro es una propuesta de deconstrucción radical sobre uno de los eventos más centrales de nuestra existencia. En ocho tesis que arrojan luz para que dejemos de caminar a oscuras por la senda del amor, Darío Sztajnszrajber presenta una práctica política concreta que cuestiona el amor comercial y romántico que se nos vende como dominante, único y normativo. Se abre camino a martillazos contra esa arquitectura sentimental sostenida por el sentido común, por definiciones y naturalezas forzadas. Y entonces, sí: categorías cristalizadas como la pareja, la familia, la media naranja y el primer amor, entre otras, son puestas en evidencia, caen por su propio peso y se rompen.
El amor es imposible conduce al insomnio, y de ahí a una revolución íntima y perturbadora comandada por el deseo genuino de la intranquilidad: no queremos estar donde estamos. Un trabajo de años, de lecturas y de conversaciones en el que Darío Sztajnszrajber pone una vez más, al alcance de quienes estén dispuestos a jugar el juego, las herramientas de la filosofía para rebelarse y exigir siempre, aunque suene a destiempo y desubicado, animarse a lo imposible.
Durante más de dos décadas, Wolfang Kaleck ha viajado por el mundo para luchar junto a quienes sufren la injusticia a manos de jugadores poderosos, personas que, antes de la llegada de Kaleck y sus colegas, a menudo disfrutaban de la impunidad.
El trabajo de Kaleck lo ha llevado a Buenos Aires, a apoyar a las madres de los jóvenes 'desaparecidos' bajo la dictadura militar argentina; a las comunidades sirias exiliadas, donde instrumentó el caso contra la tortura ordenada por los altos mandos del gobierno de Assad; a Centroamérica, donde colaboró con quienes persiguen a los militares guatemaltecos por sus masacres de indígenas; a Nueva York, para asociarse con el Centro de Derechos Constitucionales para emprender acciones contra Donald Rumsfeld por las "técnicas de interrogatorio mejoradas" que autorizó después del 11 de septiembre; y a Moscú, donde representa a Edward Snowden.
Al relatar su participación en tales casos, Kaleck le da plena voz a aquellos a quienes representa, enfatizando el coraje y la persistencia que aportan a la búsqueda global de justicia. El resultado es un libro repleto de historias convincentes y vívidas que subrayan la idea de que, si bien el mundo suele ser un lugar terrible, las normas universales de derechos humanos pueden prevalecer cuando las personas están dispuestas a luchar por ellas.