«Una invitación a un viaje imaginario y sentimental a la Grecia antigua, la cual persiste muy viva y ha orientado con audaz impulso nuestros modos de pensar y estar en el mundo».
La civilización griega dejó un importante legado entre nosotros, aunque muchas veces ignoramos su procedencia. En un tono ameno y accesible para todos los lectores, Carlos García Gual cuenta cómo nació la civilización griega, la rivalidad entre Atenas y Esparta, las luchas por la hegemonía en el Mediterráneo, el desarrollo de la polis y la democracia, del pensamiento, la filosofía y las ciencias; el arte griego, las relaciones sociales y familiares, la mitología, la literatura y hasta los juegos atléticos que hoy imitamos.
En Grecia para todos descubrimos aquellas cosas en las que los griegos fueron pioneros y que aún perduran entre nosotros, con sus semejanzas y diferencias, incluso en las palabras con que las nombramos: democracia, olimpiadas, filosofía, historia, teología, etc. Estas páginas quieren ser una invitación a un viaje imaginario y sentimental a esa Grecia que persiste muy viva en variadas imágenes del arte y la cultura, que pervive latente en muchísimos términos de nuestra lengua y que ha orientado con audaz impulso nuestros modos de pensar y estar en el mundo.
A través de este libro Dios trae a tu vida palabras de Sanidad y Liberación, para que salgas de la oscura y pesada nube de dolor que te ha mantenido en una cárcel durante tanto tiempo.
A lo largo de los 91 capítulos más el epílogo de los que consta el libro, Arturo Pérez-Reverte narra los principales acontecimientos ocurridos desde los orígenes de nuestra historia y hasta el final de la Transición con una mirada subjetiva, construida con las dosis exactas de lecturas, experiencia y sentido común. «La misma mirada con que escribo novelas y artículos -dice el autor-; no la elegí yo, sino que es resultado de todas esas cosas: la visión, ácida más a menudo que dulce, de quien, como dice un personaje de una de mis novelas, sabe que ser lúcido en España aparejó siempre mucha amargura, mucha soledad y mucha desesperanza.»
Predrag Cicovacki nos invita a reflexionar sobre lo que da sentido a la vida. Su libro nos enseña que la teoría y la práctica, las ideas sobre la vida y los modos de vivir deberían ser inseparables. Del mismo modo en que hablar de la moralidad no debería separarse de practicar la virtud, hablar sobre el sentido de la vida no debería separarse de intentar vivirla con tanto sentido como sea posible. Examinar las vidas de las personas que más admiramos revela que vivir una vida con significado nunca puede ser una simple búsqueda de logros y éxitos individuales. El yo no es ni la realidad última, ni debería ser nuestra máxima preocupación. Nuestra búsqueda de un significado debe orientarse a algo mayor que nuestras vidas individuales, y lo que debemos discernir es qué son y qué no son verdaderos objetos de tal devoción. No podemos lograrlo solos.
«He llegado a Lisboa, pero no a una conclusión», escribía Fernando Pessoa en su «Libro del desasosiego». Y es que el viaje siempre tiene un punto de llegada, pero ser pasajero es estar suspendido en la grieta entre destinación y destino, realidad y ensoñación.
Michael Marder ahonda en los intersticios de la aventura del viaje y ofrece una novedosa guía filosófica sobre la «condición de pasajero», sea en trayectos de larga distancia, sea en desplazamientos cotidianos. Ser pasajero no es sólo un trámite o una metáfora, pues constituye una experiencia universal que nos enfrenta con el tejido de nuestra propia existencia humana: el tiempo, el espacio, el aburrimiento, nuestro sentido del yo y nuestra cognición del mundo.