En este libro, la pastora Yesenia Then, nos recuerda que sin importar lo difícil que sea el terreno donde Dios no ha plantado, nuestro crecimiento debe ser indetenible, pues no somos víctimas de nuestro entorno, sino los agentes de cambio que Dios ha enviado al mismo. Con su particular estilo y con una perspectiva fresca, Yesenia nos muestra como al hacer entrada en los diferentes niveles de crecimiento que Dios ha trazado para nosotros, nuestra percepción se transforma y lejos de sentirnos en crisis, comenzamos a ser la crisis opresora de nuestras circunstancias. e Desafío a Crecer, más que un simple libro es una herramienta de inspiración, dirección y fortalecimiento que nos empuja a no conformarnos con menos de lo que fuimos creados para ser. El desafío está en pie: atrévase por encima de cualquier dificultad, a crecer continuamente.
Por qué tres millones de mujeres participan en solo dos semanas en el relato de la violencia que sufren y han sufrido? Hasta hace nada no existía un relato de la violencia con-tra las mujeres. No por reticencia de ellas, sino por impo-sición institucional y de los medios de comunicación. El movimiento #Cuéntalo no solo evidencia dichos silen-cios, sino que crea una memoria colectiva de las agresio-nes machistas, narradas en primera persona. Por qué no hemos conocido esos testimonios antes? Cuáles son los mecanismos que lo han impedido?
Un autorretrato roto, un cuaderno del sufrimiento psíquico que describe sin ambages los síntomas e intensidades de un trastorno de ansiedad prolongado, y su oscura floración.
¿Qué queda de una persona cuando escribe «mi cabeza es mi enemiga»?
Un autorretrato roto, un cuaderno del sufrimiento psíquico o el recuento de la vida de un ex: ex adicto al trabajo, ex pareja y ex miembro del Club de los Mentalmente Sanos. Los brotes negros, que podría titularse asimismo Los buenos lagrimales, describe sin ambages los síntomas e intensidades de un trastorno de ansiedad prolongado, y su oscura floración: las fases de desesperanza, los episodios de ira, las ideaciones suicidas.
Algo más o algo menos que un individuo, lo que en sus líneas se dibuja es un sujeto experimental –«veamos si esta otra píldora hace efecto»– cuyos biorritmos, alterados hasta el colapso, somatizan la velocidad exaltada de la producción, la profesión y el capital.