En el 2018, tuve el gran privilegio de sentir por primera vez la presencia de Dios y escuchar su voz. Fue tan maravillosa aquella incomparable experiencia que inmediatamente reconocí que jamas sentiría algo igual en mi vida.
Una de las tantas cosas que empezaron a cambiar, y que empece a sentir a partir de ese momento, fue un ferviente deseo por describir y compartir aquella mágica experiencia con todo el mundo, para que, al igual que yo, descubrieran lo tan sencillo, real y cercano que tenemos a Dios.
El desarrollo de la gobernabilidad de los asuntos públicos mundiales forma parte ineludible de la responsabilidad humana; una tarea imperecedera que hoy más que nunca, en plena era global y con tantos problemas y amenazas sobrevenidas, espreciso reactivar. Es hora de actuar! Sólo así conseguiremos garantizar a nuestras sociedades y las futuras generaciones una vida más segura, sostenible, saludable, justa, libre y humana.Este libro responde a un gran desafío: iniciar una Gran Transición que permita llevar la política al escenario global y dotar a la Tierra de una arquitectura institucional acorde con las necesidades objetivas del conjunto de la Humanidad, superando el agotado e inservible modelo de gobernanza actual al que tratamos resignadamente de acomodarnos. Un libro necesario que plantea la creación de un Gobierno Democrático del Planeta al mismo tiempo que invita a todos los ciudadanos a una búsqueda conjunta de las soluciones, haciendo uso para ello de su legítimo derecho de autodeterminación.
Existe la opinión generalizada de que España no tiene una filosofía propia, cuando lo cierto es que lo mejor de la filosofía española se encuentra diseminado en su literatura. Prueba fehaciente de ello es Baltasar Gracián, «padre de filósofos», como lo llamó Schopenhauer. En un mundo carente de orden y sentido como el Barroco, el jesuita aragonés proporciona todo un arte de saber vivir, una antropología existencial del hacerse persona que se funda en la autoafirmación personal. ¿Cómo se llega a ser lo que se es? He aquí el leitmotiv de toda la obra graciana: la filosofía como manual de comportamiento en tiempos de crisis. El hombre prudente de Gracián aspira a crear sentido en medio del «sin-sentido», y hacerlo con medios humanos (como si no hubiese divinos), con la sola fuerza de su agudeza y de su ingenio. Si bien es cierto que el héroe graciano no está solo: su soledad es una soledad compartida. Por eso todo proyecto de realización personal debe hacerse valer en el gran teatro del mundo. La actualidad de Gracián no se agota en el largo siglo xvii, y no es casual que su obra haya logrado saborear las mieles del éxito en Wall Street.