Este libro no es una confesión ni una autobiografía. Aunque adopta la forma de un diario, trasciende lo íntimo. Escrito desde una perspectiva personal, busca ofrecer una visión cruda de la realidad. A través de reflexiones sobre diversas épocas, desde la Transición hasta la actualidad, retrata momentos clave marcados por guerras, cambios políticos, ilusiones perdidas y engaños. Se abordan temas como la evolución de los partidos, la transformación de la izquierda, el surgimiento de nuevos movimientos nacionalistas y los profundos cambios sociales y tecnológicos. Critica a la burguesía actual, descrita como oportunista e ignorante, y basada en una falsa progresía. Aunque no es un tratado experto, estas páginas del filósofo vivo más importante de nuestra historia reciente se sustentan en una rica experiencia de vida, marcada por el contacto con figuras relevantes, la defensa de la autodeterminación de Euskadi y la colaboración en medios.
Un texto capital del Renacimiento que nos recuerda que imaginar la libertad es más urgente que nunca.
Más de quinientos años después de su publicación, Utopía sigue siendo un hito del pensamiento político occidental, así como el más alto referente de la necesidad humana de construir mundos posibles.
Esta bella edición incluye una introducción del premiado escritor China Miéville, que analiza los límites de las utopías actuales a la vez que insiste en la necesidad de un pensamiento que imagine mundos posibles. Además, se añaden cuatro ensayos de Ursula K. Le Guin, una de las expertas más reputadas en pensamiento utópico, sobre su largo compromiso con la obra de Moro.
Este ensayo ofrece un análisis a la vez profundo y divulgativo de los puntos decisivos de la filosofía del pensador suizo, vertebrado en torno a una pregunta principal: ¿cuáles son las sendas que se abren ante el hombre enredado en la existencia y qué le espera a este al final de cada recorrido? Para responder a este interrogante, Todorov recurre a una lectura humanista y moral de los textos rousseaunianos. Existen tres caminos posibles: el de la naturaleza, el de la civilización y ―camino intermedio― la senda moral, que reconcilia los dos primeros. Pero esta senda no conduce automáticamente a la perfección. Rousseau conocía mejor que nadie las debilidades humanas y nuestra necesidad de conformarnos con la precariedad existencial, de lidiar con los obstáculos de la vida y aprender a convivir con una frágil felicidad.