Timothy Snyder ha sido calificado como 'el principal intérprete de nuestros tiempos oscuros'. Como historiador, nos ha ofrecido sorprendentes reinterpretaciones del colapso político y las matanzas masivas. Como intelectual, ha orientado ese conocimiento hacia el consejo y la predicción, trabajando contra los autoritarismos. Su libro Sobre la tiranía ha inspirado a millones de personas de todo el mundo a luchar por la libertad. La libertad es el gran compromiso democrático, pero, como argumenta Snyder, hemos perdido de vista lo que significa, y esto nos está llevando a la crisis. Demasiados de nosotros vemos la libertad como la ausencia de poder estatal: creemos que somos libres si podemos hacer y decir lo que nos plazca, y protegernos de las extralimitaciones del gobierno. Pero la verdadera libertad no es tanto la libertad de, como la libertad para: la libertad para prosperar, para arriesgarnos por futuros que elegimos trabajando juntos. La libertad es el valor que hace posibles todos los demás valores. Basándose en la obra de filósofos y disidentes políticos, en conversaciones con pensadores contemporáneos y en sus propias experiencias, Snyder identifica las prácticas y actitudes -los hábitos mentales- que nos permitirán diseñar un gobierno en el que nosotros y las generaciones futuras podamos prosperar. Llegamos a apreciar la importancia de las tradiciones, pero también el papel de las instituciones. Este libro ayuda a forjar un nuevo consenso arraigado en una política de abundancia, generosidad y gracia.
Hay en la experiencia de leer una felicidad y libertad que resultan adictivas. La lectura libera. Se extiende a leer la vida, a leer quiénes somos y en dónde estamos. Anima las conversaciones de lector a lector. Se contagia por los lectores en acción: padres, maestros, amigos, escritores, traductores, críticos, editores, tipógrafos, libreros, bibliotecarios y otros promotores del vicio de leer.
La academia también cuenta con sus propias estrellas del rock y Slavoj Zizek es una de las más brillantes y rebeldes. Firme luchador contra el sistema, el icónico filósofo muestra en estas implacables reflexiones cómo la violencia está presente en todas partes y cómo, en demasiadas ocasiones, no somos capaces de discernir entre la violencia subjetiva -la más visible- y la objetiva -la invisible, inherente al estado «normal» de las cosas-.