El descubrimiento de América, las pinturas de Jackson Pollock, las consecuencias de la mayor tragedia minera de la historia, el destino de un veterano de la guerra de Vietnam, la deforestación del planeta, las fotografías de August Sander y Diane Arbus, la peripecia de una inmigrante recién llegada a Ellis Island o la supremacía mundial de Estados Unidos hoy son algunos de los hechos y personajes entre los que Bruno Remaury establece una inusitada y pertinente relación en este fascinante viaje en el tiempo y el espacio. Como el sabio cuentacuentos que pone su profunda erudición al servicio de la imaginación para penetrar el alma humana, el autor nos relata, con una lucidez y una sutileza admirables, cómo ha ido cambiando la relación con nuestros semejantes a lo largo de la historia y también nos describe cómo es la relación del hombre con esa compleja y a veces sofocante creación humana que es nuestro mundo. El ser humano contemporáneo ha sustituido su ancestral visión religiosa del tiempo por una perspectiva mitológica del espacio, es decir: nuestra civilización ha construido un mundo horizontal en el que, negando cualquier verticalidad o trascendencia, ya no da cabida a lo secreto, lo sagrado, lo enigmático. En esta original propuesta, en la que Remaury erige el miedo en motor de la Historia, somos testigos de una humanidad que ha pasado del protector espacio de las cavernas de sus antepasados prehistóricos a un espacio infinito regido por una despiadada lógica de exploración y explotación en el que no hay resquicio donde guarecerse de la injusticia, el dolor y la violencia imperantes. Con un portentoso don para establecer asociaciones, un ritmo narrativo extraordinario y una escritura en estado de gracia en la que se da una perfecta comunión entre el arte del relato y la especulación ensayística de índole antropológica, en la estela de Quignard o Michon, Remaury desentraña los hilos invisibles con los que se entretejen los azares de la Historia y la intrahistoria.
Enrique Alberto Kogan nos lleva en un viaje íntimo y fascinante a través de las páginas de sus memorias en "Toda una vida loca". Con una sinceridad que desarma y un estilo narrativo audaz, Kogan revela sus triunfos y fracasos, secretos nunca contados, y las lecciones aprendidas en su camino.
Desde una infancia y juventud repleta de travesuras hasta sus aventuras como mochilero por el mundo, el autor narra cómo sus experiencias en distintas ciudades moldearon su carácter.
Nos habla de sus negocios, desde los primeros pasos hasta la creación de sus bien recibidas publicaciones, enfrentando enemigos en la cima del éxito y sobrellevando las duras pruebas del mercado hispano en los Estados Unidos. Con desfachatez y sin tapujos,
Enrique nos cuenta sobre sus amistades fieles y los traidores que lo rodearon. Nos invita a conocer a las mujeres que formaron parte de su vida, cada una dejando una huella (o no). "Toda una vida loca" es más que una autobiografía.
A través de sus páginas, Enrique Kogan nos enseña que la vida es un tobogán lleno de altas y bajas, y que lo importante es seguir adelante. Una lectura imprescindible para quienes buscan una historia de vida contada con sinceridad y el corazón en la mano.
Hernán Zin ha trabajado como cronista durante más de veinte años en los conflictos más peligrosos de nuestro planeta. Una experiencia que le ha permitido conocer de primer mano los múltiples rostros de la condición humana: la crueldad, la barbarie, pero también la esperanza, la cooperación y el deseo de contar lo vivido para cambiar el mundo.
Pero ¿cómo consigue alguien adaptarse a la vida normal tras haber pasado dos décadas en la guerra?
Con humanidad, emoción y una sonrisa en los labios, Hernán recorre en este libro los episodios más importantes de su carrera. Nos permite descubrir así la realidad cotidiana de países como Afganistán, el Congo, Somalia o Palestina.
Desde que se vio obligado a abandonar la primera línea de los conflictos armados a causa de su salud mental, no ha dejado de buscar las claves para llevar una vida con mayor serenidad, templanza y plenitud.
El resultado son estas lecciones: un testimonio vital que nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea y a nosotros mismos.