LAS PANTALLAS HAN VENIDO PARA QUEDARSE. HAY QUE ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS A CRECER Y CONVIVIR CON ELLAS DE MANERA EQUILIBRADA Y SALUDABLE. Crecer con pantallas es un libro ideal tanto si eres padre, madre, educador o una persona que trabajas con menores o adolescentes, ya que puede que en muchas ocasiones te hayas sentido abrumada y desbordada a la hora de gestionar el tiempo y el acceso a las pantallas. La digitalización nos desborda y ante esta nueva realidad aparecen mil dudas sobre cómo debemos educar a nuestros hijos en este nuevo entorno. Crecer con pantallas viene a poner orden y criterio en este proceso. Para ello, la autora comparte algunas pautas, herramientas y recursos esenciales que os servirán de gran ayuda en el proceso de acompañamiento y educación digital de vuestros hijos. La obra recorre todo el proceso de la educación digital de los menores, desde entender qué es la mediación parental que deben hacer las familias como acompañamiento y supervisión, hasta los contenidos, canales y dispositivos que tenemos que conocer para cada edad; pasando por sus riesgos y prevención, recursos y ayuda para saber qué hacer en cada caso.
Desde hace unas décadas, nuestras sociedades se han visto atravesadas por una obsesión memorialista sin precedentes. La necesidad de recordar los pasados traumáticos se ha impuesto así, casi sin percatarnos, como una obligación moral que, supuestamente, nos llevará a evitar futuros enfrentamientos y desgarros. El mantra «quien olvida su historia está condenado a repetirla» sintetiza a la perfección esta idea, formando ya parte de todo un sentido común de época. En 'Tejer el pasado', las politólogas Sandrine Lefranc y Sarah Gensburger cuestionan de raíz esta concepción tan extendida. Este borboteo incesante del pasado en nuestro presente ha propiciado la aparición de toda una 'industria de la memoria' cuyos esfuerzos, en opinión de las autoras, están dirigidos de manera ineficiente. Y es que, según argumentan, el despliegue de todas estas acciones memorialistas no contribuye de manera necesaria a alumbrar sociedades más pacíficas o tolerantes. Su análisis, por tanto, no parte de la idea preconcebida de que cabe recordar para 'nunca más' repetir errores del pasado, sino que se centra en el modo en que, según las ciencias sociales, los individuos operamos en nuestros campos de referencia. ¿Cómo hacer que las políticas de memoria puedan ser realmente eficaces? De este modo, este brillante estudio dinamita un lugar común como punto de partida, para a continuación instituir un nuevo promontorio desde el que repensar el modo en que deberíamos recordar ―o no― de manera colectiva, a fin de construir sociedades más justas.
Vivimos en una sociedad en la que la tecnología tiene cada vez más protagonismo, donde impera el ruido permanente, la hiperestimulación constante y una violenta rapidez. Un mundo en el que la silenciosa dominación de nuestras emociones gobierna todos los ámbitos de la vida. Ante este escenario, el presente libro propone una filosofía de la resistencia que nos permita cultivar el cuidado de la atención, plantar cara a esa emotiocracia (la dictadura de las emociones propia de la sociedad de consumo), y que nos empuje a desarrollar con compromiso una nueva manera de desear con el fin de ser más conscientes y responsablemente libres frente a los malestares contemporáneos. Pensar y actuar: una revolución intelectual que pasa por dejar de observar la realidad como sujetos pasivos para tomarla en nuestras manos como agentes activos y poder pensarla, sí, pero, sobre todo, transformarla.
UNA DEFENSA DE LA FILOSOFÍA COMO UN PENSAR RADICAL Y DISIDENTE, DE SANA OPOSICIÓN A LA REALIDAD QUE NOS VIENE IMPUESTA.