En el año 1972 partió de Montevideo, con destino Santiago de Chile, un avión Fairchild F227 de las fuerzas aéreas uruguayas en el que viajaba un equipo de rugby y sus acompañantes. Pero en realidad les aguardaba un destino muy distinto del que ellos habían proyectado. Las infernales condiciones climatológicas determinaron la catástrofe, y el aparato se estrelló en Los Andes. Sólo dieciséis de los cuarenta y cinco pasajeros que viajaban en el avión sobrevivieron al accidente y a los casi tres meses de indescriptibles rigores que compartieron con el hambre, el frío y el dolor. Sin otras provisiones, se vieron obligados a enfrentarse al horror de alimentarse con la carne de sus compañeros muertos, en un acto desesperado por conservar la vida. ¡Viven! Relata con toda suerte de detalles esta escalofriante peripecia y la de los familiares que en ningún momento dejaron de buscarlos.
Durante miles de años, los seres humanos ignoraron gran parte de los territorios, paisajes y pobladores del planeta, y en los mapas las regiones desconocidas recibían el nombre de Terra incognita. Todavía en el año 1840, el fondo marino era un completo misterio, treinta años después los científicos seguían defendiendo que el mar cubría los polos y en 1900 nadie había logrado alcanzar aún la estratosfera. Y, sin embargo, todas estas lagunas se convirtieron en el estímulo que nuestros antepasados necesitaban para desentrañar los secretos de la Tierra que los maravillaban y aterrorizaban a partes iguales. En pos del conocimiento cometieron innumerables errores, a veces brillantes, a menudo extraños, pero siempre fascinantes. En este magnífico ensayo, Alan Corbin nos ofrece una reveladora historia de la ignorancia como motor de la curiosidad humana que despierta nuestra sed de conocimiento y transforma nuestra visión del mundo.
«El 11 de marzo de 2004 fue un jueves aciago en Madrid. Acababa de amanecer cuando retumbaron varias explosiones en un tren de cercanías que entraba en el andén de la estación de Atocha. Eran las 7.37 de una mañana casi primaveral. En menos de cinco minutos diez bombas reventaron cuatro trenes procedentes de Alcalá de Henares, con un efecto devastador que se traduciría en 191 muertos y más de 2.000 heridos. "Tengola certeza de que ha sido ETA", fue el veredicto inapelable que el presidente Aznar me transmitió por teléfono a las 13.06».
Se cumplen veinte años del 11-M. Lo que sucedió aquel día, tanto la serie de ataques en los trenes de la red madrileña de Cercanías como la actuación del gobierno en vísperas de las elecciones generales, afectó a la sociedad española de manera brutal. En el eje de esa gestión estaba el intento por parte del Gobierno del Partido Popular de responsabilizar a ETA de los atentados, aun cuando desde muy pronto empezaron a aparecer indicios que apuntaban al terrorismo islamista como autor del ataque. El momento paradigmático de esa voluntad fue la llamada del presidente Aznar a los medios de comunicación para asegurarles que había sido ETA. El periodista de máximo prestigio Jesús Ceberio, entonces director de El País, habló con él por teléfono.
En esta crónica rigurosa y trepidante Ceberio, como testigo directo, narra cómo fueron desarrollándose las investigaciones, discrepando cada vez más de la versión oficial y generando un nivel de tensión social y política que marcó la pauta para los años posteriores y la actualidad. En definitiva, un relato estremecedor que gira en torno a la famosa mentira del presidente Aznar a los medios de comunicación.