Dos médicos en la misma ciudad pueden dar diagnósticos diferentes a pacientes idénticos; dos jueces pueden dictar sentencias distintas ante delitos similares; nosotros mismos podemos decidir una cosa u otra según sea por la mañana o por la tarde, o según se acerque o no la hora de comer. Estos son ejemplos de ruido: el sesgo que conlleva variabilidad en juicios que deberían ser iguales.
El ruido está presente en todas las decisiones individuales y colectivas, y produce errores en innumerables terrenos, desde la medicina hasta la economía, pasando por el derecho, la sanidad, la protección infantil y la contratación. Además, también nos importuna e influye a la hora de tomar muchas de nuestras decisiones cotidianas.
Vacío y plenitud es una de esas obras fundamentales que permiten acceder a la comprensión de la pintura china. Su autor, François Cheng, conocido especialista en poesía y pintura chinas, expone el desarrollo que, a lo largo de quince siglos, ha tenido la pintura en China, pero su estudio no es de carácter histórico sino filosófico. La primera parte explora el sistema de la pintura en relación con la filosofía taoísta a partir de la noción de vacío que todo artista debe conocer, eje fundamental de la concepción china del universo y su comprensión del mundo objetivo, ligado a la idea del aliento vital y al estado supremo al que el hombre debe tender. Cheng explica también al lector occidental la adscripción de este arte a la concepción taoísta, incorporando fragmentos de pintores y tratadistas chinos sobre elementos y momentos de la actividad pictórica.
En una era disgustada con los políticos y los diversos instrumentos de democracia directa, El público fantasma de Walter Lippmann no ha perdido un ápice de actualidad. Esta obra nos muestra al Lippmann más crítico de la democracia americana. De sentimiento antipopulista, este libro defiende el elitismo como una opción intelectual seria y distintiva que cuenta con una larga tradición en America. La visión desmitificadora del sistema americano de Lippmann resuena en el presente.
En El público fantasma se discute sobre el hombre desencantado que se ha desilusionado no solo con la democracia sino incluso con la reforma de la sociedad. Para Lippmann el votante medio es incapaz para el gobierno y lo que se denomina público es un mero fantasma. Lippmann desafía a la asumpción capital de la política progresista que pretende dejar la toma de decisiones en las manos del conjunto del pueblo.
Considerando el libro más solidamente argumentado y preclaro de Lippmann, está primera edición en lengua española permite al lector sumergirse en el texto a la vez más polémico y sugerente de uno de los autores con mayor influencia en la política y el periodismo de Estados Unidos a lo largo del siglo XX.