Lo que aquí se cuenta constituye una de las grandes epopeyas del pasado siglo. En pocos años, Arthur Koestler (1905-1983) pasó de vender limonada en un bazar de Palestina a convertirse en uno de los intelectuales más controvertidos de su época. En el ínterin, bailó sobre el alambre, vivió romances breves y estrepitosos, vagabundeó, vio caer Málaga y París, sorteó embestidas y tempestades, espió y conspiró, sufrió detenciones y persecuciones, se jugó el pellejo en misiones secretas para la Internacional Comunista y fue uno de los primeros en documentar la intervención nazi en la guerra civil española. Siempre en conflicto, incómodo en sus zapatos, trató de dar con el Absoluto a través de la utopía, pero salió escaldado de todas las causas en que militó, y siguió caminando con paso firme por el filo de la navaja hasta que Franco lo condenó a muerte. Fue entonces cuando, después de años moviéndose en círculos, asistió al momento más trascendental de su existencia. En una oscura celda de Sevilla, a la espera de ser ejecutado, una experiencia mística lo atravesó de lleno, trastocándolo de raíz.
Adramón y los libros de caballerías: historia y ficción se aproxima al estudio de uno de los géneros literarios más exitosos de la España del siglo XVI a partir de un ejemplar del corpus casi desconocido.
El punto de partida y de llegada del análisis es el Adramón, pero, más precisamente, el sentido conflictivo de su naturaleza prosística: un libro de ficción que se construye sobre elementos de la realidad histórica observable; una historia fingida que se asemeja a las verdaderas. De la disección de su tejido narrativo, se evidencia cómo la ficción precervantina exploraba ya los límites de la representación literaria o poética de la realidad con un objetivo subyacente: la búsqueda de la verosimilitud.
En ese sentido, el libro considera la existencia de Adramón como una nueva propuesta de ficción que tiende hacia lo realista, cuya consagración no se logrará, no obstante, hasta que las aventuras de don Quijote salgan de las prensas madrileñas de Juan de la Cuesta en 1605.
La vida esta llena de desafíos, pero cuando abrimos la conciencia y permitimos al Señor dirigir nuestra existencia, somos capaces de discernir lo que es adecuado para nosotros. Lejos de creer que la vida es como una obra de ficción, sabremos dar un sentido pleno a las cosas. Como esta escrito en el libro: El sentido de cada vida se genera o nace de lo mas intimo y, por medio de la madurez, fortaleza y una fuerte relación con el Espíritu Santo lo vamos evidenciando paso a paso hasta lograr que todos los aspectos de nuestra existencia se solidifiquen.