La percepción generalizada de que la vida va más deprisa que antes ha arraigado en nuestra cultura, y solemos culpar de ello a los smartphones y a Internet. Pero ¿acaso no es el único propósito del smartphone proporcionarnos un acceso tan rápido a las personas y a la información que nos libere para hacer otras cosas? ¿No se supone que la tecnología debía facilitarnos la vida? En Esclavos del tiempo, Judy Wajeman explica por qué a partir de nuestras experiencias con la tecnología digital deducimos de forma inmediata que esta acelera inexorablemente la vida cotidiana. La autora argumenta que no somos menos rehenes de los dispositivos de comunicación, y que la sensación de andar siempre apurados es el resultado de las prioridades y parámetros que nosotros mismos establecemos. De hecho, estar siempre ocupados y llevar una vida ajetreada ha pasado a tener un valor positivo en nuestra cultura basada en la productividad.
En 1925, mientras trabajaba en transcribir e ilustrar lo que será su Libro Rojo, C. G. Jung imparte un seminario en lengua inglesa en el que por primera vez da a conocer en público las fantasías y los sueños que constituían el material de dicha obra. Jung habla de su propia «ecuación personal», de la formación de su punto de vista psicológico y de su inclinación subjetiva, esto es, de su propio tipo psicológico. A partir de la experiencia de lo que llama su «confrontación con lo inconsciente», narra la génesis de sus primeras concepciones sobre lo inconsciente y la libido y las vicisitudes de su relación con Freud. Aparte de estos elementos autobiográficos, las sesiones del seminario ofrecen una introducción a los fundamentos de la psicología analítica, como los tipos psicológicos o los arquetipos de lo inconsciente colectivo, que Jung presenta a través de la interpretación de casos clínicos y de obras de arte contemporáneo. Finalmente, las nociones de ánima y ánimus son tratadas con los participantes en el seminario mediante la discusión de distintas novelas, como Ella de Rider Haggard. Todo esto hace de estas notas un documento histórico imprescindible para el conocimiento de la psicología junguiana y la personalidad de su creador.
La visión sobre China de una de las grandes figuras de la política internacional en la segunda mitad del siglo XX y Premio Nobel de la Paz.Cualquier intento de comprender el futuro papel de China en el mundo comienza con el reconocimiento de su historia: ningún otro país puede reivindicar una relación tan poderosa con su pasado y sus principios tradicionales, y son muy pocas las sociedades que han alcanzado una dimensión y una sofisticación comparables.Henry Kissinger fue el gran artífice de la apertura de China al mundo con su visita en 1971 como secretario de Estado, y la preparación de la que al año siguiente llevaría a cabo el presidente Nixon. Desde entonces, la relevancia de China en el mundo no ha dejado de crecer. Kissinger ha ayudado a configurar las relaciones de China con Occidente, y ha escrito por fin la historia de un país que conoce íntimamente.En este libro, Kissinger revisa los episodios clave de la política internacional china desde la época clásica hasta nuestros días y examina su estrategia diplomática en momentos tan fundamentales como los primeros encuentros entre el país asiático y las modernas potencias europeas, la creación y el colapso de la alianza chino-soviética, la guerra de Corea, el viaje histórico de Richard Nixon a Pekín y las tres crisis en el estrecho de Taiwán.