Incluso en las zonas más desoladas de las ciudades estadounidenses, los desahucios solían ser acontecimientos raros. Hoy en día, sin embargo, las familias pobres se ven obligadas a invertir más de la mitad de sus ingresos en el alquiler de sus viviendas, y el desahucio se ha convertido en algo cotidiano, especialmente en el caso de las madres solteras. De los barrios marginales a los refugios, de los juzgados a los guetos, Matthew Desmond pasó años registrando las historias de aquellos que luchan por sobrevivir y no se dan por vencidos.
Movido por el dramático fin de su amigo Yukio Mishima, el orientalista y traductor Ivan Morris (1925-1976) abordó en " La nobleza del fracaso " una hermosa e interesante exploración de un rasgo hondamente arraigado en el carácter japonés chocante para los occidentales, regidos por un feroz pragmatismo y por la exaltación del " ganador " : la simpatía y el reconocimiento por los perdedores valerosos que anteponen su vida a la traición de sus convicciones e ideales. Así, y como una especie de reverso de su maravillosa recreación del universo de Genji en " El mundo del Príncipe Resplandeciente ", Morris pasa revista en esta obra a la vida de nueve de estos héroes trágicos (desde la del mítico y solitario príncipe Yamato Takeru, del siglo IV, a la del carismático Saigo Takamori, cuya memoria llegó hasta nosotros vía Hollywood como " El último samurái " ), para acabar con un último capítulo dedicado a los kamikazes que en la Segunda Guerra Mundial se inmolaron arrojándose contra los buques norteamericanos.
Existe toda una tradición de pensamiento clásico y contemporáneo dedicado al sujeto creador de la Constitución. De Rousseau a Vattel, pasando por Sieyès y Tocqueville, de Habermas a Elster, sin olvidar a Rawls y a Offe, las argumentaciones de estas reflexiones son muy diversas. Pero no hay creación constitucional que no se inscriba en el pasado a través de normas habilitadoras de los constituyentes, previstas en el ordenamiento anterior, para realizar cambios constitucionales por profundos que sean. La Constitución puede ser revisada y se deberá hacer -como Rousseau ya opina- con las formalidades debidas a su excepcional creación. E, igualmente, caben redefiniciones del demos -así lo afirma Vattel- pero se harán con la unanimidad requerida previamente para su formación. El autor en esta obra toma partido por toda una corriente postfrankfurtiana -de Habermas a Offe y Elster- que ponen de manifiesto la ambivalencia -valores positivos y negativos- de la despotenciación del poder constituyente -de revisión y originario- por excesiva estática de la Constitución.