La extensa y variada obra de Platón (h. 428-h. 347 a.C.) ofrece en El banquete un estilo y una configuración peculiares, condicionados por la elección del escenario (una conversación después de una comida) y la naturaleza del tema tratado (el amor, esencial y recurrente a lo largo de la obra platónica). Como señala Carlos García Gual, en este diálogo Platón despliega con habilidad literaria y versátil retórica un abanico de perspectivas que permite al lector advertir la complejidad de los enfoques posibles, para luego establecer, a través de la iluminada revelación de Diotima, su propia teoría, según la cual el impulso erótico se sublima en una escala dialéctica hacia esa idea de Belleza que es también el Bien.
La sociedad ha cambiado y los alumnos tienen nuevas necesidades que hacen que ser profesor ahora sea muy diferente. El maestro del siglo xxi necesita, además de conocimientos sobre su materia, herramientas que le permitan atender correctamente a esta nueva realidad. Para conseguirlo, una nueva ciencia, la Neuroeducación, ofrece una herramienta muy poderosa que ayuda a enseñar y aprender atendiendo al propio órgano encargado de todo el proceso: el cerebro. Porque el cerebro humano ha evolucionado para educar y ser educado, y ser capaces de explicar y comprender los procesos cerebrales que están en la base del aprendizaje la memoria, las emociones, los sentimientos, etc. nos ayuda a modificar las estrategias pedagógicas para adecuarlas a las características de cada persona y sus necesidades específicas, consiguiendo así que nuestros métodos de enseñanza se adapten a las etapas del desarrollo evolutivo y a las diferencias individuales. En esta obra se exponen las bases neurales, resumiendo lo principal y estableciendo su significado para el proceso educativo, pero manteniendo una orientación práctica, que si bien impregna toda la obra, tiene un reflejo especial en los apartados denominados «¿Qué puede hacer el profesor en el aula?». La presentación es muy amena y práctica, con ejemplos, cuadros y esquemas. De este modo, se plantea el cambio en la metodología del profesor como una de las bases de la transformación de la escuela, y se demuestra con ejemplos tomados de la práctica diaria de su autora como docente, estableciendo un puente de conexión entre la Neurociencia y las habilidades que hay que desarrollar en el ámbito educativo.