Josep Pla no fue únicamente el mayor prosista catalán moderno; también fue, sin él quererlo, el escritor más polémico. Su leyenda ha estado siempre rodeada de unas sombras que nadie, hasta el momento, ha sido capaz de disipar. La esperadísima biografía de Xavier Pla por fin lo consigue. El examen de una cantidad ingente de documentos y testimonios permite esclarecer muchos aspectos oscuros de la vida de Josep Pla y dar a conocer episodios hasta ahora desconocidos. Un corazón furtivo es el mejor retrato imaginable del escritor: completo, incisivo, minucioso y apasionante. Y es también mucho más, porque, a la vez que revela los avatares de una vida pródiga en vicisitudes ―las amistades, las complicaciones políticas, las relaciones amorosas, el espionaje y el contraespionaje...―, nos hace revivir desde dentro los momentos más cruciales de la historia del siglo xx.
El espíritu de epoca contemporáneo definido como Posmodernidad ha instaurado la quiebra de la racionalidad, herencia del pensamiento ilustrado. Es consecuencia de la deconstrucción, ariete del poshumanismo que caracteriza una sociedad líquida regida por la inteligencia emocional y por un pensamiento debil que rechaza los grandes relatos legitimadores y que asume con la posverdad el imperio de la mentira.
Tras el brutal golpe de Estado de 1936, la represión fue uno de los pilares fundamentales para que la dictadura franquista se mantuviera durante cuarenta años en el poder, y la Dirección General de Seguridad (DGS), situada en la Real Casa de Correos, en plena Puerta del Sol, el símbolo del terror impuesto.
Por los calabozos de la DGS pasaron miles de hombres y mujeres que fueron encarcelados, torturados y asesinados: Marcos Ana, Marcelino Camacho, Enrique Ruano, Nicolás Sartorius o el histórico dirigente comunista Julián Grimau, entre otros. A pesar de que la DGS se mantuvo activa hasta entrada la democracia, actualmente no queda vestigio alguno que rememore lo que allí sucedió. Hay placas en honor a los que lucharon el 2 de mayo de 1808, a las víctimas del atentado del 11M o a los muertos por la Covid-19, pero nada que recuerde a todos aquellos que padecieron la dictadura de Franco.