Los textos que aquí ofrecemos, publicados por primera vez traducidos del latín al español, constituyen el primer debate en la historia sobre el derecho a la libertad religiosa. Sus protagonistas son dos ilustres exponentes, uno cristiano y otro pagano, de las dos religiones que luchaban por el control religioso y político en la época final del Imperio Romano: el famoso y culto senador romano Símaco (+397) y el obispo San Ambrosio de Milán (+402). Este debate del año 382 sobre la retirada o permanencia en la Curia, sede del Senado de Roma, del denominado Altar de la Victoria, es el más antiguo y más famoso sobre un tema que sigue siendo objeto de discusiones enfrentadas en el mundo actual, la tolerancia religiosa. Ambos interlocutores manipulan los argumentos para ponerlos al servicio de sus respectivos intereses como si de una disputa entre partidos políticos se tratase. El debate sobre la tolerancia religiosa, de incuestionable actualidad, es inseparable de la pregunta por la forma de alcanzar la verdad, si es que tal cosa es posible.
Tras la muerte de Lenin y la creciente furia contra Georg Lukács y su recién escrita Historia y conciencia de clase (1923), este libro contiene una evaluación del gran dirigente bolchevique de la Revolución de Octubre de 1917 como «el único teórico comparable a Marx». Lukács muestra, con una claridad sin precedentes, cómo las intervenciones históricas de Lenin desde su política de vanguardia y la reutilización del Estado hasta su detección de una nueva etapa imperialista del capitalismo hicieron avanzar la conjunción de teoría y práctica, conciencia de clase y lucha de clases. En el epílogo, fechado en 1967, reflexiona sobre cómo esta imagen del revolucionario ruso se volvió aún más inspiradora después de las opresiones perpetradas por Stalin. El estudio de Lukács sigue siendo indispensable para comprender el significado contemporáneo de la vida y obra de Lenin.
En El estilo literario de Marx, el poeta y filósofo venezolano Ludovico Silva sostiene que gran parte de la confusión en torno a la obra del barbudo de Tréveris se debe a la incomprensión de su modo de expresión literaria. A través de meticulosas lecturas de pasajes clave de su producción intelectual, Silva aísla los elementos clave en el estilo de Marx: su búsqueda de una unidad «arquitectónica» en el nivel del texto, su capacidad para expresarse dialécticamente en el nivel de la frase y, sobre todo, su gran don para la metáfora. La sensibilidad única que muestra Silva hacia las elecciones literarias de Marx le permite iluminar una serie de términos que han sido persistente, y fatalmente, malinterpretados por muchos de los lectores más influyentes de Marx, incluyendo alienación, reflexión, y base y super estructura. El núcleo argumental de este libro es que no podemos esperar entender a Marx si lo tratamos como un científico, un filósofo o un escritor literario, pues en realidad era las tres cosas al mismo tiempo.