En el Primer Coloquio Internacional de Primavera «La humanidad amenazada: ¿Quién se hace cargo del futuro?», 38 especialistas de la talla de Noam Chomsky, Rigoberta Menchú o Tawakkol Karman, procedentes de 11 países, se reunieron para analizar y proyectar el futuro de la humanidad. Las discusiones abordaron temas cruciales en lo que acabó siendo una profunda indagación en la responsabilidad de la humanidad en la construcción y cuidado del futuro. El libro La humanidad amenazada reúne estas reflexiones.
Los textos resultantes recorren todos los temas abordados: cómo pensar el futuro, los desafíos de la crisis climática, los retos que plantea la desigualdad en todo el mundo, y en el interior de las regiones y países, así como las posibilidades que tienen las democracias de asumir este contexto y fortalecerse.
En una era donde la política y la democracia son cuestionadas y la confianza ciudadana decae, los gobiernos enfrentan una creciente inestabilidad y una pérdida de poder real. Mientras la democracia enfrenta un escrutinio mundial, los grandes problemas que azotan a la humanidad, ya sean económicos, medioambientales o de salud, tienen sus raíces y soluciones en el ámbito político. Ahora bien, ¿quién tomará las riendas del futuro? La obra destaca la necesidad de reflexionar sobre nuestra relación con la modernidad, con la naturaleza, y sobre cómo hemos erosionado valores fundamentales, como la solidaridad y los derechos que alguna vez promovieron la convivencia. Este libro da cuenta de la complejidad de los desafíos actuales y de la urgencia de pensar cómo construir el futuro que queremos.
¡Libertad o muerte! Dilema falaz, replica Pierre Grimal: la verdadera libertad solo se cumple plenamente con la muerte. ¿De dónde proviene, entonces, ese mito de la libertad, que conlleva tantas esperanzas portadoras de carnicerías? Pierre Grimal describe su origen y aparición, desde la primera definición negativa (ser libre era lo mismo que no ser esclavo) hasta llegar a su acepción metafísica (la libertad de conciencia y de ser), pasando por su ambigua transformación política (la libertad cívica).
Al analizar las estructuras peculiares de las sociedades griega y romana, Pierre Grimal reconstruye la auténtica historia de la libertad. Denuncia así la «desvergonzada impostura» de la presunta libertad ateniense y establece que únicamente Roma conoció un concepto de libertad que anticipase las ideas modernas del derecho individual, de la dignidad y la autonomía humanas.
Esta historia de la libertad muestra su recorrido sembrado de yerros trágicos o sublimes ―que recuerdan la trayectoria de un Ulises vagando en busca de sabiduría―, al término del cual aparece la plena significación de un concepto que, para unos, representa la más alta dignidad del hombre y, para otros, una superchería creada para desgracia de la sociedad.
El colapso ecológico y el discurso que insiste con la catástrofe planetaria se han vuelto parte de nuestro sentido común. En esta antología, Eduardo Galeano propone una mirada alternativa, que es en realidad una constante en toda su obra, para acercarnos al mismo problema: nos recuerda nuestro vínculo insoslayable con la naturaleza, explora su riqueza y sus formas de resistencia, y hasta señala con alarma nuestra tenacidad urbana y moderna de creer que podemos prescindir de ella. En estas páginas, Galeano imagina un Juicio Final para los seres humanos, en el que un alto tribunal de bichos y plantas nos acusará de haber convertido el reino de este mundo en un desierto de piedra. No es tarde, dice también, para entender de una vez que nuestro planeta es nuestra única casa. Muy recientemente nos hemos enterado de que la naturaleza se cansa, como nosotros, sus hijos; y hemos sabido que, como nosotros, puede morir asesinada. La civilización que confunde los relojes con el tiempo, el crecimiento con el desarrollo y lo grandote con la grandeza también confunde la naturaleza con el paisaje, mientras el mundo, laberinto sin centro, se dedica a romper su propio cielo.