La raíz y causa principal de la historia de la humanidad tanto en sus aspectos positivos como negativos es el carácter dual y antitético que caracteriza sin excepción al hombre, esto es, su inclinación tanto al bien como al mal. Este dualismo individual es asimismo la clave para explicar y comprender el dualismo colectivo que ha existido siempre y las luchas que han surgido una y otra vez entre las diversas clases y estratos sociales. Partiendo de esta tesis, Heleno Saña reconstruye en su nuevo libro los conflictos de la más diversa especie que se han dado en todos los ciclos históricos, tipos de sociedad y civilizaciones desde los tiempos más remotos a hoy.
Consecuente con su concepción dualista del hombre y de la historia, el autor rechaza como dogmáticas y unilaterales las visiones edificantes de la historia, a la vez que rechaza las concepciones pesimistas que niegan al hombre la capacidad de aprender de sus errores y buscar modos de vida y una tabla de valores capaces de poner en pie un modelo de sociedad lo más humano y justo posible. El camino a seguir para alcanzar esta meta es el de combatir, a través de la reflexión y el examen de conciencia, sus inclinaciones egoístas y potenciar lo que en él anida de noble y altruísta.
En Hegemonía sexual, Christopher Chitty rastrea los quinientos años de historia de las relaciones sexuales capitalistas. Se trata, en este sentido, de una verdadera arqueología de la dinámica de clase burguesa por regular la homosexualidad, pero también de las formas de resistencia y lucha de clases en ese ámbito. Tras las huellas de la politización de la homosexualidad masculina en la Florencia del Renacimiento, en Ámsterdam, París y Londres entre los siglos XVII y XIX, así como en la ciudad de Nueva York durante el siglo XX, Chitty muestra cómo la sexualidad se convirtió en una dimensión crucial de la acumulación de capital, al igual que en una importante técnica de dominio burgués. Ya sea por medio del control de la sodomía masculina durante el gobierno de los Médici en Florencia, o de la reiterada acusación contra la aristocracia francesa de practicar una sexualidad monstruosa en la Revolución francesa, la burguesía usó tanto la restricción como la libertad sexual para producir y controlar a las clases trabajadoras, transformándolas en una herramienta de producción fiable, subordinada a la sociedad civil y al Estado. De este modo, al abordar la sexualidad como un campo de contienda social, esto es, como un espacio privilegiado de la lucha de clases, Chitty nos propone embarcarnos en una política que destruya la sexualidad como herramienta y efecto del poder.
Franco Berardi es conocido como «Bifo» desde que, en 1977, fuera acusado de estar entre los principales autores de la «insurrección creativa» de Bolonia. La búsqueda de una posible liberación del tiempo de vida de la esclavitud al trabajo asalariado recorre medio siglo de su actividad teórica: desde los artículos de los años setenta, publicados en fanzines y folletos de producción propia, hasta las profecías distópicas de las primeras décadas del siglo xxi, pasando por los ensayos sobre las implicaciones de la expansión de la red de redes en los años noventa.
Como no podía ser de otra manera en unas «obras escogidas», los escritos reunidos en este volumen abordan multitud de cuestiones: tecnología, comunicación, poesía, arte, psicoanálisis, esquizoanálisis, teoría política, geopolítica, etc. Lo que sin embargo unifica esta disparidad de temas es que la obra de Bifo viene siempre animada por una pasión constante por la rebelión ética y política. Partiendo de la observación de que la tecnología y el conocimiento reducen el tiempo de trabajo necesario, el autor elabora una visión original de los procesos técnicos, antropológicos y políticos. A pesar de la involución que ha producido el neoliberalismo en la historia del mundo y de la caída en nuevas formas de identitarismo y fascismo posmoderno, Bifo siempre muestra una posibilidad de emancipación.